Sánchez hace autocrítica pero no variará el rumbo de la legislatura

El descalabro del PSOE en las autonómicas madrileñas del 4-M empieza a pasar factura en el seno de la organización. De momento, el cabeza de cartel de los socialistas a la Asamblea, Ángel Gabilondo, no recogerá su acta de diputado tras cosechar los del puño y la rosa el peor resultado de la historia –su sustituta como portavoz será la número dos de la lista, Hana Jalloula–, lo que se une la dimisión del que era secretario general de la formación en la comunidad, José Manuel Franco, que cede a la presión tras numerosas peticiones para que abandonara.

El presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, abordó este jueves con los miembros de la Ejecutiva el fracaso en los comicios del pasado martes admitiendo errores de estrategia, aunque atribuye el voto al cansancio por la pandemia y la polarización de la campaña. Reconoció que en Madrid los socialistas no tuvieron espacio ni tiempo para afrontar una convocatoria electoral inesperada y se mostró dispuesto a llevar a cabo los cambios que sean necesarios para recuperar el partido en la región.

Con todo el presidente dejó claro que estos no tendrán que ver con el programa de recuperación y transformación que tiene puesto en marcha el Gobierno de coalición, del que afirmó que está y seguirá estando fuerte. En este sentido, manifestó su intención de agotar la Legislatura, según las fuentes consultadas.

Por su parte, el secretario de Organización del Partido Socialista, José Luis Ábalos, señaló en rueda de prensa posterior a la reunión en Ferraz que el primero que sabía “lo que tenía que hacer” tras los comicios era el propio Gabilondo, que, tal y como reconoció, asumió la candidatura de la organización en un momento “muy complicado” y sin tiempo para preparar la campaña.

También se refirió a la dimisión de José Manuel Franco, a quien agradeció su compromiso con el partido: “Es parte del equipo y seguirá siendo parte del equipo del PSOE”, recalcó. Igualmente, negó de forma tajante que la dirección federal del partido hubiera pedido a Franco que presentara su dimisión como una forma de asumir su responsabilidad por los resultados.

“Es imposible que se le haya pedido que se vaya, en absoluto”, garantizó, añadiendo que en el PSOE se asumen las responsabilidades de forma colectiva “porque son compartidas” y remarcó el “afecto” y la “deuda contraída” que el PSOE tiene con Franco por su gestión en este tiempo. Para el secretario de Organización socialista, su dimisión tiene más que ver con el tiempo nuevo que se abre en el partido en Madrid, una nueva etapa que Franco “no quiere condicionar”.

Desde el PSOE-M trasladaron que la salida de su máximo responsable supone que “no se utilice el mal resultado en los comicios para atacar al Partido Socialista y al Gobierno”. Ahora, hasta la celebración del Comité Regional, a finales de año, se hará cargo de la dirección una gestora nombrada por el PSOE Federal. Por su parte, el ya ex secretario general quiso trasladar su "agradecimiento a militantes y medios de comunicación durante su mandato".

Por otra parte, el número tres del PSOE incidió en su intervención que la Ejecutiva Federal entiende que la derrota en Madrid se debe en parte a fallos de “comunicación” y de “estrategia”, y a que no supieron conectar con el “estado de ánimo” de los madrileños. Y ante ello, defendió que asumen las responsabilidades “de forma colectiva”. Los socialistas cosecharon el 4 M una derrota histórica al caer de 37 escaños con los que contaba a 24 tras dejarse por el camino casi 280.000 votos, además, no pudo evitar el sorpasso en número de sufragios de Más Madrid.