“Dar una primera dosis y espaciar la segunda es mucho más sensato que mezclar vacunas”

El doctor Gómez Rial considera que vacunar en primer lugar a toda la población con un vial es “una muy buena idea”, pues ya se cuenta con la experiencia previa de países como Reino Unido
COVID
Ángela Precedo
El doctor José Gómez Rial. Foto: ECG

La falta de dosis y los continuos retrasos en la administración de las que ya hay disponibles --tanto por los efectos adversos que se van detectando como por la reserva de stock que se está guardando-- mantienen candente el debate sobre si realmente se logrará la inmunidad de rebaño --el 70% de la población vacunada-- antes de que acabe el verano. En caso de que estos vaivenes continúen de manera prolongada en el tiempo, ¿cuál sería la solución para vacunar a la mayor parte de ciudadanos de manera rápida?

No hay una respuesta contundente para esto, pues los ensayos clínicos realizados antes de la aprobación de las vacunas para probar su eficacia siempre se han hecho teniendo en cuenta la pauta completa en los participantes de los mismos, pero lo cierto es que podemos fijarnos en la experiencia de ciertos países como Reino Unido o Francia para determinar los pasos que podemos seguir, como si se tratase de un laboratorio de pruebas en vivo.

Ambas potencias fueron las primeras en proponer la inoculación de una única dosis en toda la población, tratando de espaciar lo máximo posible la administración de las segundas para así lograr que todos los ciudadanos cuenten al menos con un cierto porcentaje de protección frente al COVID. ¿Qué es lo que opinan nuestros expertos?

“A estos países les ha ido muy bien”, asegura el doctor del CHUS José Gómez Rial, que ve en la administración de una única dosis “una muy buena idea, porque ahora mismo ya hay evidencia científica de estos otros países que muestra que está funcionando”. Y es que, tal y como explica el experto, “hay que recordar siempre que las vacunas cuando se administran ya se inoculan de forma completa, pues no son puzzles de los que haga falta tener todas las piezas para completar la protección”.

“Las vacunas, cuando se dan, ya son completas”, reitera, añadiendo que “el número de dosis únicamente guarda relación con su intensidad y, sobre todo, con la duración de su protección”, de manera que “administrar ahora una y espaciar la segunda en un contexto en el que hay una disponibilidad (de viales) muy limitada, y cada vez tenemos menos vacunas --por motivos políticos--, es una buena idea”.

En concreto, indica que, desde el punto de vista inmunológico, “a los quince días de administrar una vacuna, ya se genera protección y, en el caso del COVID, estamos vindo que hay estudios que así lo indican”. Ahora bien, ¿cuánto va a durar esa protección? “Eso es lo que no sabemos, pero yo siempre digo que lo suficiente como para salir de esta pandemia”, asevera el doctor.

¿ENTONCES EN QUÉ SE BASA EL PERIODO ESTABLECIDO ENTRE UNA Y OTRA INOCULACIÓN? “Se basa en los ensayos clínicos, porque (ese periodo de tiempo) es el criterio que en ellos se utilizó”, explica Gómez Rial, que indica que “cuando una farmacéutica o fabricante hace sus ensayos clínicos sigue un esquema en base a los preclínicos, ajustando el número de dosis, y en ese ajuste, claro, no se tienen en cuenta los factores de falta de vacunas, por ejemplo”.

El doctor lo tiene claro: “Lo que se está proponiendo ahora de dar una segunda dosis de otro fabricando (en el caso de AstraZeneca), es un despropósito, desde el punto de vista científico, pues lo más lógico es espaciar la segunda dosis; dar una primera y espaciar la segunda es mucho más sensato que mezclar vacunas, algo sobre lo que no hay evidencia ni ensayos clínicos que demuestren su eficacia”.

¿QUÉ POBLACIÓN DEBERÍA RECIBIR EN PRIMER LUGAR LA PAUTA COMPLETA? La pasada semana, tras la reunión del Consello de la Xunta, el presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, destacó que todos los mayores de 70 años tendrían garantizada la pauta completa en el periodo de tiempo primeramente estipulado, sin retrasos. “Estamos hablando de una población muy frágil, porque su sistema inmunitario no es tan óptimo como el de un adulto de 40 o 50 años, por lo que a lo mejor ahí sí que es recomendable seguir la pauta”, considera Gómez Rial.

“Como esto va en función de cada día y todo puede variar, sí que podemos seguir el ejemplo de los países que han actuado de un modo y sobre los que ya podemos ver la evidencia científica”, dice, considerando que “podemos copiar ese esquema”. “Yo no lo vería descabellado”, sentencia.