Fármacos. El riesgo de trombosis por la de AstraZeneca es de una persona por cada millón, el del Nolotil, de una por cada diez mil // El Ibuprofeno puede generar ansiedad; el Trankimazin, depresión; y la aspirina, úlceras TEXTO Ángela Precedo

El Nolotil puede causar trombos en mayor medida que la vacuna

AstraZeneca
Ángela Precedo

Nada es gratis en esta vida o, lo que es lo mismo, todo tiene un precio y, a veces, mejor sería que fuese solo económico. Con los medicamentos que utilizamos a diario para ‘curar’ nuestra salud, sucede lo mismo, pero asumimos el riesgo de consumirlos porque el beneficio que obtenemos es mayor. Muchos de los fármacos que tenemos en nuestra casa –desde el Ibuprofeno hasta el Nolotil, pasando por la aspirina o el Trankimazin–, pueden causar efectos secundarios mucho peores que los de las vacunas contra el COVID –los famosos trombos de AstraZeneca o Janssen–, pero seguimos tomándolos.

Además, la mayoría de ellos se consumen incluso sin receta médica, pudiendo acudir a la farmacia y solicitarlo sin ningún tipo de problema ni de requerimiento por parte del farmacéutico. Los consumimos de forma inmediata, sin leer el prospecto y sin ser conscientes de qué es lo que nos estamos metiendo en el cuerpo... ¿Y ahora nos preocupamos por cuatro casos de trombos entre más de tres millones de vacunados?

Hoy EL CORREO ha salido a la calle para preguntar a la población sobre su opinión acerca de la vacuna de AstraZeneca y también sobre su conocimiento acerca de los fármacos habituales. Antes de conocer sus respuestas, pasemos a hacer un análisis de los principales efectos adversos que indican los prospectos de los medicamentos más comunes.

IBUPROFENO: BRONCOESPASMOS Y ANSIEDAD. El Ibuprofeno, por ejemplo, es un fármaco perteneciente al grupo de los antiinflamatorios, usado convencionalmente para el tratamiento de la fiebre, del dolor de intensidad leve o moderado –incluida la migraña–, el tratamiento de la artritis –con inflamaciones en manos y pies– y la dismenorrea primaria –la menstruación dolorosa–, entre otros.

¿Tiene este fármaco efectos adversos? Pues claro, como todos. Y es importante resaltar que ya no se recomienda consumirlo si se tiene más de 60 años y se padece una enfermedad grave de hígado o riñones o si se tuvo una úlcera de estómago, al igual que si se padecen trastornos hemorrágicos o de la coagulación sanguínea –precisamente para evitar los trombos–.

Y, solo por nombrar dos de sus efectos adversos, podría producir broncoespasmos –que hacen que no te llegue el aire a los pulmones– a entre una y diez personas de cada mil; y ansiedad, también en la misma medida. Para hacernos a la idea, esto significaría que mientras que la vacuna puede producir trombos en 1 de cada millón de personas, y en España hay 47 millones de habitantes, se darían 47 casos. Mientras que el broncoespasmo y la ansiedad provocada por el Ibuprofeno, si todos los españoles lo consumiesen al tiempo, se daría en un margen de entre 47.000 y 470.000.

TRANKIMAZIN: DEPRESIÓN Y ALUCINACIONES. Por su parte, el Trankimazin es un fármaco tranquilizante (ansiolítico) derivado de las benzodiazepinas, indicado para el tratamiento de los estadíos de ansiedad general y asociada a síntomas de depresión. Si te lo receta el médico, te viene en una caja de 30 comprimidos que tú te puedes autoregular, algo que resulta altamente peligroso, si tenemos en cuenta que limita la actividad del paciente hasta el punto de que tras su consumo no puedes conducir, por ver limitadas tus facultades. Es tan potente que puede generar dependencia y, al cesar el tratamiento, generar el conocido como ‘efecto rebote’. Además, si se mezcla con otros medicamentos del tipo ‘opioides’, puede provocar sedación, coma e incluso la muerte.

Entre sus efectos adversos está la depresión, que se notificó en uno de cada diez consumidores del fármaco –precisamente aquello que intenta tratar–, y las alucinaciones, en uno de cada cien. Así, si todos los españoles consumiesen Trankimazin, aproximadamente 4,7 millones se verían afectados por situaciones de depresión y 470.000 por alucinaciones.

NOLOTIL: TROMBOS Y DISMINUCIÓN DE GLÓBULOS BLANCOS. Siguiendo con fármacos comunes, nos encontramos con el Nolotil, un analgésico presente en nuestras casas para el tratamiento del dolor agudo, moderado o intenso post-operatorio o post-traumático, y también para bajar la fiebre alta. Aparte de estar contraindicado su consumo junto a otros muchos medicamentos, siendo, por ejemplo, incompatible con la aspirina –ácido acetilsalicílico–, por disminuir la agregación de plaquetas en sangre, tiene efectos adversos similares a la vacuna de AstraZeneca, pero que se pueden producir incluso en mayor proporción.

Así, el Nolotil puede generar trombos en uno de cada 10.000 pacientes y una disminución severa de los glóbulos blancos cuyas consecuencias pueden ser fatales, ya que si se da infección grave, puede acabar originando la muerte de la persona. Siguiendo con el símil, si todos los españoles lo consumiesen, 4.700 de ellos acabarían con un trombo, frente a 47 únicamente en el caso de la inoculación con la vacuna.

ASPIRINA: TROMBOS Y ÚLCERAS DE ESTÓMAGO. Finalmente, la aspirina –el ácido acetilsalicílico– está indicada para el tratamiento del dolor y la fiebre, pudiendo aliviar dolores leves o moderados de cabeza, dentales, menstruales o musculares. Su consumo es más peligroso que el del Ibuprofeno o el Paracetamol, pudiendo causar hipoprotrombinemia –alteración en la coagulación que puede volver la sangre más fluida y derivar en infartos–, dolencia que puede aparecer entre una y diez de cada cien personas consumidoras. También puede producir úlceras de estómago en entre una y diez de cada cien personas, efecto más conocido.