Galicia marca al resto del país el camino por el que se transitará a partir de la nueva normalidad

La comunidad aborda con la máxima cautela el fin del estado de alarma // Presenta uno de los índices más bajos de transmisión
María Martínez

Esa nueva normalidad de la que nos venían hablando es distinta a la vieja normalidad y eso se notó ayer en Galicia tras dejar, desde las cero horas del lunes, el estado de alarma tres meses después de que se decretase, superar el plan de desescalada por fases y, por tanto, convertirse en la comunidad que marcará al resto de España el camino al por el que se debe circular mientras no aparezca una vacuna que ayude a contrarrestar los efectos temibles del covid-19.

Ser la primera autonomía en abandonar el régimen de excepcionalidad impuesto por la pandemia se debe a los óptimos resultados epidemiológicos, con uno de los menores índices de transmisión del virus, en torno al 0,4 por cada 100.000 habitantes, mientras que en España el porcentaje es diez veces superior, dado que ese dato se sitúa por encima del 4.

Pero esa situación bien gestionada por las autoridades sanitarias también hay que anotarla en el haber de, por un lado, el propio personal de los centros hospitalarios y, por otro, los ciudadanos que pronto tomaron conciencia de la situación y supieron cumplir a rajatabla las recomendaciones.

De esta forma, una semana antes de que lo hagan el resto de comunidades autónomas, Galicia dijo adiós al plan de desescalada aprobado por el Gobierno, el cual establece los principales parámetros e instrumentos para la adaptación del conjunto de la sociedad a esta situación con las máximas garantías de seguridad. Y por eso cautela es la palabra que mejor puede definir la situación vivida ayer en ciudades y pueblos de la comunidad.

No obstante, aunque para los gallegos la nueva normalidad implique una serie de cambios y normalizar paulatinamente sus vidas para dar otro paso y acercarse más a la situación previa a la declaración del estado de alarma por la pandemia, habrá una serie de costumbres y hábitos que no se podrán relajar y que habrá que mantener.

Con ello se persigue un doble objetivo, según estableció la Xunta, el de garantizar que los ciudadanos eviten “comportamientos que generen riesgos de propagación de la enfermedad” y, a la vez, que las actividades en las que puede existir un mayor peligro de transmisión del virus se lleven a cabo “en unas condiciones que permitan en todo momento prevenir los riesgos de contagio”.

Aunque aún con limitaciones, los cambios llegaron a Galicia y ello mejorará la vida de los ciudadanos. Por ejemplo, se amplía el aforo de playas, parques, auditorios y zonas deportivas al aire libre, entre otros muchos espacios, aunque se establecerán restricciones en función de la ocupación y superficie del lugar.

Rige también la regla básica del 75 %, lo que significa que los locales comerciales no podrán superar este porcentaje del aforo, y tampoco los mercadillos, las piscinas, las comitivas fúnebres, ni los teatros, cines y auditorios podrán rebasarlo. Las terrazas sí pueden llegar al 80%.

El número de casos activos de coronavirus sigue a la baja en Galicia y el último cómputo divulgado por Sanidade muestra 348, tres personas menos que el domingo y mejorando tras un ligero repunte registrado el sábado.

Los datos de Galicia indican que en la comunidad fallecieron hasta la fecha por coronavirus 619 personas, mientras que un total de 10.489 pacientes ya están curados, ninguno se encuentra en Unidades de Cuidados Intensivos, y 340 hacen seguimiento de la enfermedad en sus domicilios. El número de PCR realizadas es de 159.102; es decir, en las´anteriores 24 horas se hicieron 778 más que las contabilizadas en la jornada del sábado.

108 de los enfermos pertenecen al área sanitaria de A Coruña, 20 a la de Lugo, 26 a Ourense; y cada una de las tres registran uno menos que en el balance precedente mientras que solo ocho se mantienen en Pontevedra, 140 corresponden al área de Vigo, 34 a la de Santiago, y 12 quedan en Ferrol.