Llegan tarde los muertos en Paz y Bien de Tui

¿Cómo puede ser que las defunciones por COVID de cuatro ancianos de una misma residencia, que murieron el mismo día, sean notificados por Sanidade en jornadas diferentes? Los mayores, que eran usuarios del centro Paz y Bien de Tui, perecieron infectados el pasado 22 de enero. Sin embargo, el Sergas comunicó sus decesos, achacados al coronavirus, irregularmente: uno fue difundido esta data, mientras los tres restantes llegaban a los medios el 2, 3 y 10 de febrero, respectivamente.

Si echamos cuentas, estos últimos llegaron con un retraso de 11, 12 y 19 días en relación al primero (el único informado a tiempo). Precisamente ese anciano perdió la vida en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) tras ser trasladado allí previamente, pero los otros morían en la institución viguesa.

Asimismo, antes del fallecimiento comunicado el 10 de febrero (producido el 22 de enero, tal como informó el Sergas) se dio a conocer un deceso, también del mismo centro, que había ocurrido más tarde: el 4 de febrero notificaron la muerte de una anciana que había tenido lugar el pasado 26 de enero (es decir, falleció contagiada cuatro jornadas después que la anterior difunta, pero se supo seis antes).

Del mismo modo, sorprendentemente Sanidade comunicó (el 29 de enero) un óbito de otro usuario positivo, que aconteció el 27 de enero en dicha residencia, antes que estas cuatro defunciones (las tres difundidas con retraso del 22 y la del 26 de enero). También se informó antes de otra muerte que había ocurrido el 23 de enero en este espacio (anunciada el 11 de febrero).

Precisamente el jueves, además, junto a dicho deceso (el del 23) trasladaban otro que había tenido lugar también el 27 de enero, que fue notificado 15 jornadas más tarde respecto al día que se produjo; y 13 días después de la otra muerte que registró el complejo residencial Paz y Bien de Tui esa misma jornada.

Durante los últimos 15 días, el Sergas también difundió el 28 de enero, con retraso, el tránsito de otra anciana en esta residencia, que había fallecido el 18 de enero, siendo positiva de COVID-19, diez jornadas antes.

En este sentido, a lo largo de dicho período, las ocho muertes achacadas al coronavirus que acogió el centro pontevedrés acumularon en su conjunto 97 días de retraso, desde que se produjeron hasta que fueron notificadas como defunciones asociadas al virus. Una media de más de 12 jornadas por difunto (12,125).

Además, ninguna de las muertes es del 28 de enero o en adelante. Todas han sido antes. Desde el 12 de enero, cuando la Xunta intervino la residencia, junto a estas personas fallecieron otras 6 más (catorce en total). Al menos comunicadas. Estas corresponden a 17 días, puesto que de las otras 14 jornadas (del 29 de enero al 11 de febrero) no se anunciaron nuevos óbitos.

Pero ayer volvió a saltar la sorpresa cuando la Xunta daba cuenta de tres nuevos óbitos en esa residencia que, según la propia Consellería de Sanidade, tuvo que ser advertida por la propia administración autonómica para que actualizaran sus datos. Las muertes ocurrieron los días 16, 17 y 18 de enero y los fallecidos eran tres mujeres de 88, 93 y 99 años.

SIN EXPLICACIÓN. Este periódico, con el objetivo de obtener una respuesta desde Sanidade, se puso en contacto con el gabinete de comunicación del Sergas, tanto por correo como vía telefónica para conocer su explicación. Ante la imposibilidad (trasladada expresamente por estas fuentes) de ponernos en contacto con un trabajador de Saúde Pública para responder a las cuestiones formuladas por EL CORREO durante la pasada jornada, este departamento señaló que podría ser “el lunes”.