¿Quieren los inoculados con una dosis de AstraZeneca ponerse la segunda?

La mayoría apuestan por recibir la pauta completa y con viales de la misma farmacéutica // Confían en la evaluación realizada por las agencias
Vacuna contra la COVID
Ángela Precedo

Si AstraZeneca generaba serias dudas entre la población tras los continuos vaivenes en la edad de inoculación para la que estaban indicadas estas dosis, esta semana se ha sumado a la fiesta Janssen. Éramos pocos y parió la abuela, que suele decirse. Y es que los episodios trombóticos no dejan de sucederse –algo habitual, pues cualquier medicamento acarrea la posibilidad de que se deriven de él efectos secundarios– y, con ellos, se acumulan los retrasos en la llegada de vacunas en un momento en el que son fundamentales para contribuir a frenar la llegada de una cuarta ola.

Y, aunque es cierto que hay mucha población preocupada por los trombos asociados a estos pinchazos, también hay mucha otra que se muestra confiada y segura con las garantías que ofrece la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Lo que pasa es que, como en todo, la opinión negativa siempre genera más ruido y, con ello, alcanza mayor visibilidad. Para testar los ánimos de nuestros vecinos gallegos, nuestros lectores, desde EL CORREO hemos lanzado una encuesta para conocer las consideraciones de los vacunados con AstraZeneca y de todos los que han querido participar sobre qué hay que hacer ahora con las segundas dosis de la vacuna.

En la encuesta han participado un total de 268 personas, muy repartidas en cuanto a sexo: un 58,2 % (156) de mujeres y un 41,8 % (112) de hombres. De la edad cuya opinión es más relevante en este estudio --de 46 a 65 años--, por ser los directamente afectados por las últimas decisiones adoptadas en torno a la vacuna de la farmacéutica anglosueca, han participado la mayoría de los encuestados, un 55,2 % (148 personas).

Le sigue en participación el grupo de 19 a 45 años, en una proporción del 31,3 % (84 personas); el de más de 65 años, en un 13,1 % (treinta y cinco personas); y un apenas representati vo grupo de menos de 18, en un 0,4% (un solo participante).

PESE A TODO, SIGUE HABIENDO MUCHAS DUDAS POR LOS CONTINUOS CAMBIOS DE DECISIONES. De los 268 participantes que, como hemos visto, están en gran parte representados por los afectados directos de las últimas decisiones, la amplia mayoría, el 76,2 % (205 personas), creen que tras haber inoculado una dosis ya de AstraZeneca a más de dos millones de personas en España, debería administrárseles la segunda. Por otro lado, solo hay un 9,7% (26), que dicen que no habría que inyectársela, sino que sería mejor dejarles con una única dosis. Y un nada desdeñable 14,1 % (38), como es lógico, presenta dudas todavía.

También es importante resaltar que de los participantes en el estudio, un 37,9 % (102 personas) se han vacunado ya con AstraZeneca, por lo que ya tienen una dosis en su organismo y están decidiendo sobre qué quieren que se haga con ellos.

Su opinión es la más importante y debería ser tenida en cuenta tanto por los Gobiernos como por las autoridades sanitarias implicadas en el proceso de decisión, ya que si cuando te citan a poner la vacuna tienes la potestad y el derecho de rechazarla, en este caso también deberías tener el derecho a decidir si quieres que te pongan la segunda dosis o no, bajo tu propia responsabilidad, aunque sea. Por otro lado, hay un 62,1 % de participantes (167) que no se han vacunado con AstraZeneca.

DOLOR DE CABEZA Y ARTICULACIONES, FIEBRE Y CANSANCIO: SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES. Los inmunizados, en su mayoría, han presentado algún síntoma, casi todos leves y que no se han prolongado más allá de un día --el 81,82 % (45 personas), dijeron haber sentido alguna molestia tras la inoculación--, mientras que el 18,18 % (10), no tuvieron ningún tipo de efecto. Entre las consecuencias más comunes tras la inmunización está la de experimentar un ligero dolor de cabeza y de articulaciones --principalmente en la zona donde se lleva a cabo el pinchazo--: el 47,27 % (26 participantes) manifestaron este síntoma. El siguiente más frecuente fue la fiebre o febrícula, que experimentaron un 34,55 % de los encuestados (19 personas); seguido del cansancio, en un 25,45 % (14); el malestar general, en un 14,55 % (8); los escalofríos, en un 9,09 % (5); y las náuseas y vómitos, en un 5,45 % (3). También ha habido algún episodio de taquicardia y conocimiento de trombos, pero solo en uno de los participantes.

MODERNA ESTÁ CASI DESCARTADA POR LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN. Además, los que respondieron que ‘sí’ a la pregunta de si los inmunizados con una dosis deberían ponerse la segunda, dijeron en su mayoría que esta debería ser del mismo fabricante, es decir, de AstraZeneca (un 89,5 %, el equivalente a 214 participantes). Un 7,9 % (19 personas) dijeron que el segundo vial en administrarse debería ser de Pfizer, y solo un 2,5 % (6) apostaron por Moderna.

LA VACUNA DE JOHNSON & JOHNSON DIVIDE OPINIONES: DE UN PINCHAZO, PERO DE BAJA EFICACIA. Por otro lado, y ya que la vacuna de Janssen tiene numerosas similitudes con la de AstraZeneca --ambas están desarrolladas a partir de la tecnología del adenovirus--, se ha preguntado a los encuestados qué opinan de las nuevas dosis fabricadas por la empresa filial de Johnson&Johnson.

Aquí las respuestas son muy dispares y van desde los que opinan que se trata de una vacuna segura como cualquier otra porque ha sido aprobada por la EMA hasta los que manifiestan dudas y miedo por los episodios de trombos que también se le asocian en la campaña de vacunación estadounidense.

En medio está la gente que es mejor cualquier vacuna que contagiarse por COVID y los que dicen que no hay garantías de que sea buena porque no ha sido lo suficientemente testada. También están los que creen que sea unidosis supone una ventaja porque inmuniza en quince días, y aquellos que creen que no tiene sentido usarla porque tiene incluso menos eficacia que AstraZeneca. Finalmente, también hay quien precisa que no debería darse a un grupo tan vulnerable como es el de 70 años, sino destinarse a gente más joven.

De este modo, las opiniones se encuentran muy divididas y, aunque la gran mayoría dicen ‘sí’ a inocularse con Janssen (un 60,4 %, que suponen 166 personas), también hay un nada desdeñable 39,6 % (109 personas) que dicen que no. Antes de nada, habrá que esperar a ver qué deciden las autoridades sanitarias.