Soutomaior sufre mientras Ferrol vuelve a salir a la calle

Hay tristeza y desolación en la aislada localidad pontevedresa // La ciudad departamental respira cuatro meses después
Raúl Salgado
Ferrol. Volvieron a abrir bares y cafeterías. Foto: K. Delgado

Tristeza y desmoralización son las primeras palabras que se le vienen a la cabeza al alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera, para describir las sensaciones del único municipio de Galicia que este fin de semana queda en el nivel máximo de restricciones por la incidencia de la pandemia. “Se nota tristeza en la población. La gente está muy desmoralizada. Estamos señalados por toda Galicia y eso psicológicamente afecta”, señala a Efe Reguera, quien lo lamenta por todos sus vecinos pero en especial por los negocios de hostelería, que apenas tuvieron tiempo para abrir durante una semana.

Reguera recalca que la población de Soutomaior “está contribuyendo, haciendo lo que tiene que hacer” para doblegar la curva de contagios por coronavirus. “No estamos tan mal, la cosa no está desbocada”; lo que sucede es que “no bajamos lo suficiente para pasar el examen” . Espera el alcalde que la cosa siga mejorando para que “un brote pequeño” no acabe decantando la balanza entre un nivel u otro de alerta, más o menos restrictivo.

Por quien más lo desea es por la hostelería, que va a sufrir “un quebranto económico y perjuicios de organización” por haber podido reabrir apenas una semana.

“Contrataron a personal, que ahora hay que dar de baja, compraron mercancía, alguna perecedera, que a ver qué hacen con ella... es un incordio”, lamenta Reguera, pero “no nos queda otra. Hay que asumirlo”.

EN EL NORTE. Individual o compartido, Ferrol y Narón, los dos mayores municipios de los 20 que conforman el área sanitaria ferrolana, permanecían sometidos desde finales de octubre pasado a diversas modalidades de cierre perimetral. Hasta este viernes. La comarca ha recuperado la plena movilidad hacia el resto de Galicia tras hacer lo propio una semana atrás con el resto de ayuntamientos de su entorno, separados entre sí por límites muy difuminados.

El sol hizo presagiar desde primera hora una jornada de trasiego en la hostelería, que vuelve a tener la posibilidad de usar el interior de sus locales a un 30 % de su capacidad. La última semana fue la antesala al poder pasar del servicio básico de recogida de productos a la ocupación del 50 % en las terrazas. Sin embargo, volver a entrar en sus espacios cerrados se antoja como la prueba de fuego en pleno descenso de los casos activos por coronavirus tras el golpe de la segunda y la tercera ola en Ferrol.

La calle Real, principal arteria del casco histórico, se fue incorporando a la normalidad con el movimiento de trabajadores públicos o de sucursales bancarias de la zona. Sin llenos en las terrazas, pero con relativa sencillez para agotar la capacidad en el interior. En uno de los bares con más actividad, su encargada admitía que al 30 % “poco podemos hacer” y lamentó los retrasos para la descarga de los carteles que detallan el aforo.

La hostelería es la principal beneficiada del alivio de restricciones y cerca de un 50 % de los establecimientos han esperado a este viernes para levantar la persiana. Aunque parte de esos negocios disponen de terraza o se ubican en calles peatonales que facilitan su implantación, la asociación comarcal del sector afirma que casi la mitad de profesionales optó por otras alternativas por cuestiones de índole laboral.