Vecina de Gonte, María fallecía la pasada semana a los 93 años de edad // Cinco meses antes moría con 97 su hermana, Ángela, también boticaria // Lograron sacar adelante sus carreras pese a las dificultades para las mujeres en esa época TEXTO A.F.

Negreira pierde a las hermanas Freire, farmacéuticas pioneras

El Correo Gallego
Una fotografía de época de la familia Freire Rial, cuna de farmacéuticas, al completo. Foto: Gallego

“Murió de tanto vivir. De vieja como se dice popularmente, pero la verdad es que vivió con ahínco y luchó hasta el final para que sus nietos la recordaran mejor”. Se trata del testimonio de Alfonso Freire al respecto de su tía, la vecina de Gonte (Negreira) María Freire Rial, que falleció el jueves día 6 en A Coruña a la edad de 93 años. Y al igual que su hermana, Ángela, cuyo óbito llegaba hace apenas cinco meses con 97 años de edad, fue de las primeras farmacéuticas de España, siguiendo el camino abierto por Manuela Antonia Barreiro Pico, la primera licenciada por la Universidade de Santiago en el año 1901.

Quienes la conocen dejan claro que nunca el tesón de estas dos hermanas se manifestó tan claramente en una persona: “Disciplinadas en una educación singular y extraordinaria, otorgada por sus padres Regina y Andrés, consiguieron sacar adelante sus carreras en un momento en el que estudiar (y ser mujer) era simplemente un lujo”. Sus padres ejercitaron en extremo una educación exhaustiva con sus cinco hijos y así, a principios de los 50, Rafael se hizo químico, Andrés, veterinario, Alejandro abogado, Angela, farmacéutica y María, química-farmacéutica. “Cinco carreras en cinco hijos en tiempos de posguerra: ¡qué proeza!”. María Freire consiguió su licenciatura en Químicas a la edad de 21 años, en el año 49, y la de Farmacia en el año 52 con expediente de sobresaliente con premio extraordinario. Pero para ella el premio extraordinario fue sin duda el haber conocido en la Facultad a Jesús Miguelez, su esposo durante tantos años.

Andrés Freire, su padre y residente en Negreira hasta su muerte en el año 1980, se vino “con 87 años de esa Cuba convulsa repleta de dictadores en las que ni Gerardo Machado primero, ni el dictador Batista después, permitieron desarrollar la democracia representativa para que el país viviera independiente de los Estados Unidos”, explica el sobrino. Hizo fortuna y vivió golpes de estado y llegó a regentar el Bar Paraíso, centro de tertulias de la capital que frecuentaban algunas de las personalidades políticas y no tan políticas de la era Batista. “Allí se fraguaron muchas cosas”, recuerda.

“Se brujuleó bien, e hizo una fortuna que pudo sacar a tiempo del país y traerla para Galicia”. Ya en Negreira, donde se asentó a la vuelta, se casó con Regina Rial e invirtió cuanto tenía en levantar un pueblo pujante en aquella época. Fundó Freire Bazar, una especie de “chino” de los 50, lugar de encuentro de toda la paisanía que necesitaba servicios de diversa índole: desde unas gafas hasta cubrir una quiniela. Freire Bazar llegó a ser, en los finales de los 50 y toda la década de los 60 y 70, El Corte Inglés de la comarca barcalesa. Con su hijo mayor al frente, Rafael (fallecido en 1975) levantó un pequeño imperio basado en el propio bazar, en la gestión de una filial bancaria y en la venta de tabaco, ejerciendo de almacén de Tabacalera Española. También consolidó una mueblería que, con la crisis del 73, vendió a la conocida empresa Muebles Compostela.

Gracias a Andrés Freire y a su hijo Rafael, Negreira vivió una pujanza sin igual. Ellos consolidaron como tantos otros (Vidal, Caamaño, Escudero, Tuñas, Rubira, Gesto, Giraut, etc...) un pueblo extraordinario que más tarde viviría años de decadencia con la especulación urbanística y la mejora de las comunicaciones. Estudiar en aquella época, era casi imposible; hacer una carrera, un mérito extraordinario. Pero hacer todo eso y ser mujer sólo estaba al alcance de personalidades extraordinarias como María y Ángela Freire. ¡Dios las tenga en la gloria!