Aida Menéndez y el Camino de Invierno

Firmas
Manolo Fraga

Hablaba con pasión, incluso con vehemencia, sobre su Camino de Invierno. Y digo “su”, porque en él volcó sus energías, desvelos y publicaciones. El año que la Xunta de Galicia hizo oficial esta ruta alternativa a O Cebreiro, 2016, Aida Menéndez Lorenzo nos recibió junto a los Escolapios de Monforte. Ocho personas hacíamos gozosamente este Camino y nos sentíamos felices por conocer a su gran impulsora, poder transmitirle nuestras sensaciones y adquirir ejemplares de su guía, que ella firmaba con gusto. Aida había fundado a finales de los noventa la Asociación Camiños a Santiago pola Ribeira Sacra, que hoy tiene más de cuatrocientos socios. Tuve la suerte de asistir a su vigésimo aniversario en la capital de Lemos, que se celebró, entre otras actividades, con la actuación de Amancio Prada en la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua. Aquel 27 de abril de 2019 Aida estaba exultante, arropada por socios, vecinos, amigos y dos conselleiros –Conde y Román–, entre otras autoridades.

Pero nuestra relación ganó enteros cuando, desde la Asociación de Antigos Alumnos e Amigos da USC (Alumni USC) nos embarcamos en la producción de una muestra fotográfica del Camino de Invierno, titulada Lugares únicos, heroínas e anfitrións, así como en volver a la ruta que comienza en Ponferrada; aunque en esta ocasión el grupo creció hasta superar la treintena de participantes. El autor de las fotos, José Manuel Ortigueira, decidió incluir a los presidentes de las asociaciones del camino implantadas en su trazado. Y así quedó inmortalizada Aida Menéndez como una de las heroínas del Camino de Invierno. Ella nos acompañó en los actos de inauguración de la muestra en Santiago y Monforte, aprovechando la ocasión para comentar la evolución de la ruta. Su principal reivindicación era la construcción de albergues, una instalación imprescindible para consolidarla. Pero también demandaba, como todos los peregrinos, la apertura de las iglesias. Y cuando menos, señalaba tres: San Miguel de Montefurado, San Vicente del Pino y San Paio de Diomondi. Al lado de esta última iglesia, situada antes de descender al Miño por los llamados codos de Belesar, fructificó el albergue donde los peregrinos duermen junto a tumbas medievales.

En el catálogo de la citada exposición, Aida firma un texto en el que también plantea la creación en Monforte de “un centro de acogida de peregrinos que sirviese, al mismo tiempo, de centro de interpretación de la ruta y de biblioteca jacobea”, una infraestructura conveniente, sin duda, en aras del asentamiento de la peregrinación y caminantes por este itinerario –que es de una belleza extraordinaria–, y la propia difusión del universo jacobeo.

El legado de esta mujer emprendedora, que fue enterrada hace unos días en Barbadás (Ourense), donde había nacido, es vasto y trascendental. Desde Alumni USC, de la que también era socia Aida, lamentamos profundamente su pérdida. Ahora toca que alguien sea capaz de coger el testigo y, con similar aliento, seguir tirando del carro. Porque Aida Menéndez era la Elías Valiña del Camino de Invierno. Pero de momento el Camino de Santiago está de luto.