Año nuevo, vida nueva: sube la oferta de alquiler y cae el precio de compraventa

Para 2023, las inmobiliarias destacan una tendencia al descenso en los importes de adquisición de viviendas y destacan el incremento en Compostela de los pisos para arrendamiento clásico
Alquiler tradicional vs vacacional
Brais Fernández
Los precios siguen una tendencia al alza en el arrendamiento, los de menos de 600 euros cada vez son menos. Foto: Fernando Blanco

Tras una tendencia muy marcada en los últimos años, este 2023 habrá un cambio importante en el mercado inmobiliario de Compostela o, al menos, eso es lo que esperan las empresas de la capital gallega dedicadas a este sector. El barómetro realizado por la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin) para analizar el último trimestre del 2022 y las previsiones del 2023 destacan dos aspectos muy importantes en Santiago: aumentará la oferta de pisos en alquiler de larga duración y decaerá el precio de la compraventa de viviendas.

En este sentido, se aprecia ya una mayor disponibilidad de inmuebles para el alquiler tradicional, fruto, apuntan, de la nueva regulación para las Viviendas de Uso Turística, que se intentará aprobar durante este año, así como por las sanciones y requerimientos que les están llegando a los propietarios de estos apartamentos para que las cierren por carecer de la doble licencia: autonómica y local.

De este modo, comparan la situación de la capital gallega con Pontevedra, donde la normativa sobre estos alojamientos también estaría afectando a la oferta. En todo caso, este incremento contrasta con la caída de las otras ciudades gallegas. Estos datos suponen, por lo tanto, un apoyo a la medida adoptada por Raxoi, la cual pretende vetar las VUT, bajo condiciones muy estrictas, para favorecer el arrendamiento de larga duración, el cual escasea en la ciudad, pese al interés de familias, trabajadores y estudiantes.

En todo caso, no todo son buenas noticias para los arrendatarios o los que están buscando una morada bajo esta modalidad, puesto que el año nuevo estará marcado también por una subida en los importes mensuales a abonar, una realidad que, sin duda, no encajará bien en la economía debilitada de los compostelanos.

En esta línea, para finalizar el año, el precio medio de estos inmuebles se situó, en los asociados de Agalin, entre los 400 y 600 euros, un margen que engloba a la gran mayoría de posibilidades que salieron al mercado. Sin embargo, estos precios “se encuentran en un periodo de constante subida, con una clara corrección al alza en torno al veinte por ciento”, señalan.

Esto se produce por la gran demanda, pero también, señalan, por las medidas del Gobierno central, puesto que los propietarios estiman que deberían recibir algún tipo de compensación, lo cual repercutirán, en algunos casos, en los importes a pagar.

Asimismo, cabe destacar también que, de media, un nuevo piso en el mercado del alquiler se contrata en un tiempo que varía entre una y dos semanas, de siete a quince días, lo que demuestra la necesidad que existe. De hecho, en Compostela, se llegan a producir entrevistas para elegir quien se lleva el piso, así como otro tipo de subastas, situaciones críticas ya destacadas en estas mismas páginas.

Por su parte, en lo que respecta a la compraventa, las inmobiliarias aprecian un menor interés por esta modalidad, por lo que estiman que decaerá el número de operaciones realizadas en este ejercicio. A su entender, las dificultades para acceder a financiación por parte de los compradores, fruto de la situación económica actual, marcará una caída, siguiendo la línea del último trimestre de 2022. Así se ha cambiado la tendencia positiva constatada desde la salida de la pandemia.

En relación a ello, también bajarán los precios de las viviendas, predominando, en estos últimos tres meses del año, las ventas por debajo del precio inicial. Así, las diferencias en las contraofertas alcanzaron hasta una diferencia del veinte por ciento por debajo del inicialmente ofertado por las agencias.

A mayores, la gran mayoría de inmuebles vendidos para cerrar el año fueron para primeras residencias, con una media de tres habitaciones y un precio de venta que rondaba entre los cincuenta y los cien euros por metro cuadrado. Con esa base, predominaron las construcciones con un valor de entre cien mil y ciento cincuenta mil euros, siendo los matrimonios, en régimen de gananciales, y con una edad comprendida entre los cuarenta y los cuarenta y cinco años, los más interesados.

En este caso, entre la puesta en el mercado de la oferta hasta la adquisición pasan entre dos y tres meses, lo que supone, aprecian, “una ampliación del tiempo de vida de un inmueble en el mercado”. Además de para usar como morada, los compradores también invierten en estos inmuebles para destinarlos posteriormente al arrendamiento, una modalidad que cada día sube más en la capital gallega.