Basterra y Porto, siete años después, buscan sus primeros permisos

Este lunes se cumple el séptimo aniversario del asesinato de Asunta // La condena fue de 18 años
Sucesos
Redacción ECG
los padres de Asunta saliendo de uno de los registros realizados en septiembre de 2013 a sus viviendas. Foto: Xoán Rey

Justo cuando se cumplen hoy siete años desde el asesinato de Asunta Basterra, con doce años, sus padres intentan ahora conseguir sus primeros permisos para poder pasar unos días fuera de prisión. Rosario Porto se encuentra en la cárcel de mujeres de Brieva, en Ávila, a donde fue trasladada en marzo. Alfonso Basterra se encuentra en la prisión de Teixeiro. Ambos cumplieron en 2018 un cuarto de la pena de 18 años a la que fueron condenados por asesinato con alevosía y agravante de parentesco.

Esto los sitúa en régimen de segundo grado penitenciario, lo que abre la puerta a las salidas de prisión. El abogado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, ha confirmado, en declaraciones a este periódico, que se encuentran inmersos en los trámites para solicitar las salidas. Eso sí, reconocía que el proceso, con recursos de por medio, es algo lento. Ya en mayo, las defensas de ambos realizaron un intento para que pudiesen salir algún fin de semana. Sin embargo, en Instituciones Penitenciarias denegaron tanto los dos permisos solicitados por Rosario Porto, como los dos de Alfonso Basterra. Y en 2019, a Porto también le fue denegada su primera petición de salida.

Pese a que, con la ley en la mano, pueden solicitar permisos, fuentes jurídicas reconocen que es difícil que se le concedan dada relevancia social que adquirió el caso y que, por tanto, tendría también su salida. A esto se une la gravedad del delito cometido. Las mismas fuentes apuntan a que el escenario sí podría cambiar cuando se cumpla la mitad de le pena que, en este caso, sería en 2022.

Mientras, ambos pasan sus días entre rejas. En todos estos años, de Basterra se han tenido pocas noticias. La cosa cambia con Porto. Su abogado reconoció que vive una profunda depresión. De hecho, en 2018, cuando todavía estaba en el centro penitenciario de A Lama, Rosario intentó quitarse la vida en la ducha con el cordón de una prenda de ropa.