CA y BNG abandonan el pleno y Bugallo aprueba de ‘carambola’ el presupuesto

Los socialistas sacaron adelante las cuentas solo con sus diez votos, después de que el PP cambiase en el último minuto su decisión de abstenerse por el no // Fuertes críticas al gobierno en una convulsa sesión
Presupuestos
Carlos Deaño / Arturo Reboyras
Sesión plenaria celebrada hoy en el pazo de Raxoi en la que Bugallo consiguió aprobar los Presupuestos. Foto: Concello

Abandonaron el pleno Compostela Aberta y el BNG entre fuertes críticas hacia el gobierno local; y la carambola le salió redonda a Sánchez Bugallo. El resultado es sencillo: el grupo socialista ganó la cuestión de confianza, los presupuestos quedaron aprobados con el voto en contra del PP, y ya se pueden sacar a licitación los grandes contratos de servicios. Pero para llegar hasta ahí hizo falta una sesión extraordinaria de menos de una hora, el plante de los otros dos grupos de la oposición y un cruce de acusaciones que repitió los mismos argumentos de la sesión del pasado viernes, pero con más dureza.

Por primera vez en la historia de la Corporación compostelana se llegó a una cuestión de confianza vinculada a los presupuestos. Una sesión, repetición de la del viernes, que abrió la intervención del alcalde explicando las razones por las que se había llegado hasta aquí. En primer lugar, el retraso provocado porque durante buena parte del año pasado las reglas fiscales no estaban claras y no era posible saber a ciencia cierta de cuánto dinero se podía disponer.

Una vez cerradas las cantidades, explicó, el gasto corriente —entre la actualización de los salarios, el incremento de personal de algunos departamentos, obligado por la pandemia, y la necesidad de licitar servicios de alto coste, como la recogida de basuras, el mantenimiento de las zonas verdes o el de Axuda no Fogar— subía de forma exponencial, de forma que solo quedaba poco más de medio millón de euros para incluir propuestas de la oposición.

En esta situación afirmó que se había tratado de negociar con los otros grupos, pero que dado el escaso margen de maniobra, y las necesidades crecientes provocadas por la pandemia, prefería pagar el gasto político de afrontar una cuestión de confianza, que seguir esperando hasta llegar a un acuerdo.

Así, llegaron los turnos de la oposición, que interviene de menor a mayor, de forma que le correspondió la palabra a la portavoz del BNG, Goretti Sanmartín, quien volvió a reiterar las críticas a la falta de diálogo con los grupos de la oposición y los representantes vecinales, y a proponer que se levantara la sesión y se abriera una ronda de negociaciones. A la vista de que no iba a ser así, e incidiendo en las acusaciones de “chantaxe” y “soberbia” anunció su marcha del pleno, una ausencia que equivalía automáticamente a una abstención, como recoge “o artigo 100 do Regulamento de organización, funcionamiento e réxime xurídico das entidades locais (ROF)”.

Por la misma línea optó la portavoz de CA, Marta Lois, quien tras incidir asimismo en las críticas a la falta de negociación, renunció al segundo turno de intervención y abandonó el salón, lo que ya suponía que la cuestión de confianza estaba aprobada, puesto que solo quedaban los diez votos de los socialistas y los ocho del PP.

Hasta ahora se habían producido salidas del pleno de algunos grupos, en concreto, el PP, con Conde Roa, y Agustín Hernández había escenificado de esta forma su protesta, pero la de hoy fue la primera vez en que dos grupos se marchaban del pleno a media sesión.

Una situación que dio lugar a que el portavoz del PP, Alejandro Sánchez-Brunete, una vez que hubo reiterado también sus descalificaciones tanto para los presupuestos como para la forma de tramitarlos, anunciara su intención de cambiar el voto. Explicó que en la mañana de hoy su grupo había reconsiderado su posición y decidido abstenerse. Pero a la vista de que las cuentas ya estaban aprobadas, optó finalmente por el no, dado que su valor ya era meramente testimonial.

Como también lo fueron las intervenciones finales del portavoz socialista, Sindo Guinarte, y del alcalde, Sánchez Bugallo, quienes volvieron a justificar la convocatoria de la cuestión de confianza por los argumentos anteriormente expuestos de la crisis y la necesidad “imperiosa” de liquidez para hacerle frente.

TORMENTOSO. Si el comienzo de la sesión fue tormentoso, también el final, porque los constantes fallos en la conexión por streaming impidieron no solo seguir las intervenciones completas, sino incluso las votaciones. En la sala, al final solo quedaban Bugallo, Guinarte y Brunete, y el secretario tenía dificultades para contactar con los concejales socialistas y populares que participaban de forma telemática. Con esto, a punto estuvo el alcalde de suspender la sesión para que vinieran a votar presencialmente uno por uno; pero al final parece que la cosa se solucionó, porque los periodistas recibieron la confirmación del resultado por vía WhatsApp.