Cierre anticipado de locales y vecinos sin poder ducharse

Vasos y cisternas con agua de color marrón, garrafas de reserva en las cocinas o grifos sin fuerza ante la desesperación de los ciudadanos por el imprevisto
Vertido al Tambre
ECG Redacción
Una vecina de Vite llena una garrafa de agua procedente del camión cisterna. Foto: Fernando Blanco

Desde media tarde del sábado los problemas de presión se extendieron por buena parte de la capital gallega y concellos vecinos. No fue hasta la noche cuando se sumó la turbidez. Pasadas las 23.00 horas, diferentes bares del casco histórico comenzaron a notar los problemas, lo que les llevó a cerrar sus puertas antes de tiempo. “Sentimos las prisas pero sin agua no podemos trabajar”, comunicaban a sus clientes los trabajadores de los locales situados en el Preguntoiro. El casco histórico se vio afectado contra todo pronóstico, pues no estaba incluido en el listado de zonas perjudicadas. Debido a esto, a sus vecinos les pilló a contrapié, a diferencia de lo ocurrido en Vite o Meixonfrío, donde pudieron hacer acopio gracias a los camiones cisterna que se desplazaron hasta allí. “Llenamos tres garrafas grandes y una botella”, indicó una de las vecinas que se acercó al camión instalado el sábado por la noche en la Rúa de Carlos Maside.

Un vecino de Entremuros notó los problemas al intentar llenar su cisterna, observando cómo el agua llegaba totalmente negra. Ya por la mañana, el problema proseguía “por lo que tuve que marcharme a la aldea a ducharme”, indicó. Otra de las zonas en las que no se esperaba que hubiese dificultades con el suministro fue Conxo. “Ayer a mediodía comenzó a salir marrón y ya por la tarde empezaba a aclarar pero todavía no estaba bien”, relataba una vecina de este barrio. Fontiñas fue otra de las zonas afectadas pese a no formar parte de la previsión. San Caetano, Enfesta, Boisaca, el Polígono del Tambre o Milladoiro son otros de los que se suman a la lista. La empresa responsable del servicio de agua, Viaqua, no ha ofrecido de momento una estimación del número de vecinos afectados ya que “cada rato llaman de una calle para que acudamos a realizar la purga del agua”, indicaron fuentes de la empresa ante la consulta realizada por este periódico. Pese a las indicaciones municipales sobre el estado potable del agua pese a la turbidez, fueron muchos los que no quisieron arriesgarse y no cocinaron lo que tenían previsto o no bebieron agua del grifo. De hecho, algunos locales de venta de comida presentaban colas más largas de lo habitual.

Otros vecinos comenzaron a notar el problema ayer en calles del Ensanche como Rosalía de Castro y Frei Rosendo Salvado. Con el paso de las horas, muchos de los afectados empezaron a impacientarse, como una vecina que expresaba que “sale el agua chocolate. ¿Cuándo se va a arreglar?”. Otros no dudaron en acercarse el sábado al supermercado para comprar agua embotellada, encontrándose “gente llevándose carros enteros y el dependiente no daba abasto reponiendo”. Otros se preguntaban qué pasaba con los que habían bebido agua del grifo tras comenzar el vertido. En este sentido, el Concello especificó que el agua contaminada no llegó a los hogares ya que, cuando se cerró la captación de la estación potabilizadora, los depósitos estaban llenos por lo que no estaban almacenando más agua.