Críticas vecinales por la escasez de plazas en Rodríguez de Viguri
La Avenida Rodríguez de Viguri amaneció ayer, por primera vez, con su nuevo pintado de plazas, un estacionamiento que ha llegado envuelto de críticas. Vecinos y comerciantes consideran escasa la distribución de lugares en las catalogadas como “aceras parisinas”, un número limitado que se reducirá aún más en los horarios de carga y descarga.
Acostumbrados ya al “aparcamiento a monte” de estos últimos meses, las malas prácticas se han encontrado con un obstáculo con el reparto realizado por el ente autonómico, una decisión de la que, eso sí, ya estaban más que avisados.
En este sentido, la sensación general es que se está desaprovechando mucha superficie válida para estacionar. Así, antes del cambio de look, iniciado en 2020, cabe recordar que en esta calle la distribución de los sitios era en batería, lo que facilitaba que entrasen muchos más coches. Ahora, por su parte, al estar en horizontal y dejando a un lado las reservadas para motocicletas, se han quedado en una decena escasa de alternativas para dejar los vehículos.
En todo caso, esta medida ha coincidido en el tiempo con la apertura del renovado parquin de Altiboia, el cual se estrenará hoy para todos aquellos que lo deseen. Este nuevo emplazamiento, acondicionado con hormigón, está dotado con cien plazas, treinta de ellas para residentes y cuatro para automóviles con distintivo de personas con movilidad reducida.
A mayores, fruto de este cambio de ordenamiento, el área próxima a las pistas de tenis, en la parte superior de la avenida, también ha pasado de ser abierta a todo el público a exclusiva de habitantes pertenecientes a la zona 3 (San Pedro).
“Ata agora estaban todos os coches aparcados en batería ata a porta da casa e iso é inaceptable. Os veciños teñen reservado aparcar na zona a carón das pistas de tenis, aínda que eles prefiren aparcar na beirarrúa fronte da casa”, comentó esta misma semana el alcalde Xosé Sánchez Bugallo en Onda Cero, en referencia a la “comodidad” de los vecinos de esta área de la ciudad.
Con todo, estas posibilidades parecen no contentar a los moradores, quienes también tienen en cuenta que en Concheiros, una vez se termine el prorrogado proyecto, las plazas se reducirán drásticamente, favoreciendo el tránsito peatonal, especialmente para los peregrinos que llegan por el Camino Francés.
Por ello, lo que queda claro es que los trabajos llevados a cabo en esta arteria de la capital gallega implicarán un cambio obligatorio de tendencia para aquellos que frecuenten este barrio, una modificación que implica caminar unos metros y unos minutos más para llegar a los destinos.