Cruz Roja de Compostela celebra su 125 aniversario recordando sus orígenes

La institución recuerda la historia del pionero Christian Pfister, ciudadano suizo que auxiliaba a retornados de la guerra de Cuba
Valentín Álvarez
INAUGURACIÓN de la sede en Fontiñas(10/06/1993). Desde la izquierda: Jesús Vázquez Pazos (vicepresidente 3º de la Asamblea), Raimundo García Veiga (capellán), Manuel Fraga (presidente de la Xunta) y Chocha Bescansa (presidenta Cruz Roja de Santiago). Foto: ECG

El año que acaba de empezar viene cargado de efemérides, como el cuarto centenario de la primera vuelta al mundo, el segundo del nacimiento de Mendel o el primer siglo de la BBC. En Santiago, los que dedican parte de su tiempo a ayudar a los demás tienen dos motivos de celebración. Este próximo viernes 21 cumplirá 125 años la creación de la Cruz Roja Compostelana y el próximo 2 de mayo será el idéntico aniversario de la inauguración de su primer sanatorio. Por ello, Miguel Sánchez del Río, socio de la organización, contó en un escrito la historia de su origen.

El personaje principal en estos hechos es Christian Pfister Godenci, ciudadano suizo dedicado a la hostelería y, probablemente, emparentado con la familia Mengotti, propietarios del Hotel Suizo. En la última década del siglo XIX, al poco de llegar a la capital gallega, fue nombrado subdelegado de la Cruz Roja Española en Santiago. Aunque ya había por la zona algunos socios desde 1871, lo eran a título individual, sin ninguna estructura organizativa. Y lo que sucedió es que en la segunda mitad de 1896, las calles comenzaron a llenarse de jóvenes soldados que llegaban repatriados desde Cuba y que el gobierno de la nación dejaba desamparados en cuanto tocaban puerto. Muchos de ellos llegaron heridos o enfermos y otros tantos se vieron obligados a mendigar para conseguir transporte, alojamiento o incluso algo con lo que alimentarse.

Esta situación propiciará la fundación de la benéfica institución. Aparece, a propósito, con cierto paralelismo con la creación de la Cruz Roja Internacional originada cuando otro helvético, Jean Henry Dunant, decide organizar una sociedad para el socorro y auxilio de heridos de guerra. Lo hace además tras comprobar in situ como éstos eran abandonados a su suerte tras la Batalla de Solferino (1859).

Durante un tiempo, Pfister fue auxiliando a los retornados que pudo en su propio establecimiento, con la ayuda puntual de algún amigo. Sin embargo, llegó un momento en que la cantidad de personas necesitadas que acudían a él era excesiva e imposible de atender. Fue entonces cuando, tal día como aquel 21 de enero de 1897, reunió a los socios residentes en Compostela y creó la Comisión de Partido de la Cruz Roja en Santiago. La reunión fundacional se produjo en el salón del Restaurant Oriental, situado en la esquina norte de la Porta da Mámoa (el mismo local que hasta hace un par de años albergó el histórico Café Derby) y entre los presentes había varias personas notables la ciudad, como los doctores Barcia Caballero, Piñeiro Pérez o Torre Sánchez y los corresponsales de la prensa nacional en la ciudad.

El acta de constitución se envió a la Asamblea Suprema que en su comisión permanente del 15 de marzo aprobó la nueva Comisión de Distrito siendo su primer presidente el doctor Casimiro Torre Sánchez-Somoza. Este médico y político era muy conocido en su tiempo, ya que su padre había sido Rector de la Universidad y uno de sus tíos era canónigo catedralicio. Además, él mismo tendría una fructífera carrera como gobernador civil en varias provincias y al final de su vida como catedrático de anatomía.

Desde el mismo momento de la constitución en el Oriental, la masa social comenzaría un trabajo frenético, no solo en el auxilio a soldados retornados, sino también en cuestiones de propaganda, captación de socios y donaciones, para gestar su primer gran proyecto: la apertura de un sanatorio en el que albergar a los repatriados heridos y enfermos. Ese centro sanitario abriría sus puertas el 2 de mayo de 1897, tan solo tres meses y medio después de la asamblea fundacional, en un local cedido por el ayuntamiento dentro del antiguo convento de San Agustín. La población se volcó de tal manera con la nueva instalación que El Eco de Santiago publicó en su crónica del evento que “jamás se ha visto en la ciudad una celebración semejante”. Y cuando al día siguiente ingresaron los primeros repatriados procedentes del puerto herculino, muchos ciudadanos salieron a recibirlos al barrio de San Cayetano, acompañándolos luego en comitiva al sanatorio, donde según el mismo periódico “era imposible dar un paso” por la enorme afluencia de público y autoridades.

No cabe duda de que la Asamblea Local de Cruz Roja tuvo en Santiago unos inicios brillantes. Y aunque pasó por momentos de severa dificultad, se ha mantenido y goza de una excelente salud. Su desconocida historia se basa en el relato de las personas dedicadas a dar un servicio a los demás con generosidad y entrega.