De Grado a Salas: la gran labor de los voluntarios en albergues del Camino

Diario de ruta
Manuel Garrido
EN GRADO. Carlos, Rosa y Manolo con Emilio Lueje

DIARIO DE RUTA. Recibimos la agradable visita de Emilio Lueje, el coordinador de los voluntarios del albergue de donativo Villa de Grado. Nos regala una pequeña flecha amarilla a cada uno para poner en la solapa y trozo de azabache. Rosa le corresponde regalándole su concha de peregrino. Esto es el camino, recibir y dar. Nos dan un desayuno completo, y lo mejor de todo, el cariño con que lo sirven. También los últimos consejos, que agradecemos. Después de la foto de rigor, comenzamos nuestra segunda etapa. Vamos unos 15 caminantes.

Se nota que son peregrinos de “largo recorrido”, están preparados y no les obsesiona tener la compostela, que se otorga a los que hacen 100 km.

El recorrido es precioso, con un 80% de tierra. Es una etapa dura. De las llamadas rompepiernas. No es un Camino para principiantes. Rosa camina muy bien, siempre con nuestro apoyo. Pero ella se vale sola. Llegamos a Salas, parada y fonda. El albergue La Campa muy bien. Lo regenta Nicolás, un holandés enamorado del Camino. Nada más llegar, una cerveza, esa que sabe a gloria. Luego de tomar posesión de nuestra cama nos vamos a comer al restaurante Pachón. De menú sopa, patatas rellenas y codillo. Todo muy rico y la atención de diez. Toca descansar y visita turística a este bonito pueblo. Esto es apasionante. maNOLO GARRIDO