Desactivada en Santiago una fiesta con drogas y alcohol tras pedir auxilio una joven

Precintado un local de la rúa Nova de Abaixo e identificadas 12 personas que estaban de farra a las siete de la mañana // El vecindario asegura que no aguanta más el “insoportable” olor a cannabis
Operación policial
Uxío Santamaría
El local quedó precintado tras la intervención. Foto: F. Blanco

Los vecinos llevan meses en pie de guerra porque las viviendas de todo el edificio “apestan a porro”. Al parecer el fuerte olor sale de un bajo comercial situado en las galerías del número 4 de la rúa Nova de Abaixo, en el Ensanche compostelano, un local rodeado de un gran misterio desde que está en manos de sus últimos inquilinos, según el vecindario. Este indica que lo que en su día fue una taberna tradicional ahora “tiene los cristales completamente empapelados para que no se vea nada de lo que se hace en el interior desde fuera”. Añaden que por los ruidos, el movimiento de gente y el aroma, todo apunta a que “dentro se hacen reuniones de lo que dicen que es una asociación de consumo de cannabis”.

Así, un vecino que tiene un negocio cerca del local en cuestión con el que pudo hablar EL CORREO asegura que “toda la galería huele que apesta a porro todos los días y el olor incluso llega a las plantas de arriba, a las viviendas”.

Lo cierto es que la gente del entorno sospechaba desde hacía tiempo que en el bajo comercial, que ahora está precintado por la policía, se celebraban fiestas privadas, en las que “se consumía marihuana”; una hipótesis que se confirmaría la madrugada de este sábado, cuando los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tuvieron que acudir a este punto después de recibir una llamada de alerta.

Fueron necesarias hasta dos intervenciones para desarticular lo que apuntaba a una nueva fiesta en el interior del establecimiento. En la primera visita de la policía al lugar se encontró con que la reja de la galería estaba cerrada, al igual que la persiana del propio bajo comercial. Los agentes requirieron a quienes estaban dentro que abriesen la puerta, pero recibieron una negativa por respuesta.

La situación empeoró cuando, al filo de las 07.00 horas de este sábado, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad recibieron una segunda llamada para alertar de que una joven estaba pidiendo auxilio en el interior de las galerías. Con esto, se movilizó de inmediato un gran despliegue de medios hasta la rúa Nova de Abaixo. Como los responsables de la fiesta seguían negándose a abrir la puerta, y ante los gritos de ayuda de la muchacha, los policías decidieron forzar la verja de la galería. Solo de esta manera consiguieron acceder al local, en el que fueron identificadas doce personas que participaban una fiesta en la que no se respetaban las restricciones para frenar el coronavirus.

Desde el departamento de Seguridade del Concello de Santiago indicaron que la joven que pedía ayuda podría encontrarse bajo los efectos de alguna sustancia y en el momento que la encontraron estaba muy nerviosa, si bien por el momento no trascendió que hubiese presentado una denuncia por algún tipo de agresión. Las fuentes añadieron que en el interior de la estancia la policía encontró grandes cantidades de alcohol y también otras sustancias estupefacientes, por lo que el establecimiento quedó precintado, confirmaron desde el departamento de Seguridade.

Así las cosas, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad procedieron a la identificación de las doce personas que estaban de fiesta en el interior del local a las siete de la mañana, a la vez que abrieron diligencias de lo sucedido, unos atestados que ahora se trasladarán a la Delegación del Gobierno en Galicia para que se tramiten las sanciones correspondientes.

Por otro lado, y después de este último episodio, los vecinos señalan que lo ocurrido la madrugada del sábado no es ninguna novedad, sino que se vienen repitiendo fiestas de este tipo en los últimos meses. Desde la comunidad de propietarios indican que ya se pusieron en contacto en varias ocasiones con la policía para denunciar estos hechos; y que desde el cuerpo municipal les aseguraron que pondrían el caso en manos de la policía de Urbanismo para investigar la actividad de este establecimiento. Los vecinos entienden que debe hacerse desde el momento en que la actividad del local está “generando molestias y un gran malestar” al resto de la comunidad, sobre todo, por los “fuertes olores a cannabis que llegan hasta las viviendas e impregna todo. No tenemos por qué estar respirando esto todos los días”. Además, aseguran, “tratamos de hablar con los responsables pero se negaron”.