“El objetivo es potenciar el conocimiento, el disfrute y el amor por la música clásica”

Brais Fernández
María José Cerviño en las instalaciones de la Escuela, en la Praza de Feixóo, 1-1, Santiago. Foto: Antonio Hernández

Desde su creación en 1995, la Escuela de Música Berenguela ha trabajado por un objetivo común: promover y potenciar el conocimiento, el disfrute y el amor por la música clásica. Con María José Cerviño al frente, el ente compostelano ha visto pasar por sus aulas a grandes músicos de nuestra tierra, los cuales fueron formados por un equipo de profesores altamente cualificados. Desde niños pequeños hasta adultos, existen cursos y actividades de todo tipo para desarrollarse en el instrumento que desee cada alumno.

En líneas generales, ¿cómo podríamos definir el proyecto formativo de Berenguela Música?

La Escuela nació con el objetivo de crear un espacio dedicado a potenciar el conocimiento, el disfrute y el amor por la música clásica, desarrollando las diferentes cualidades del alumno, ya sea niño o adulto, a través de un trabajo serio y vocacional realizado con un equipo de profesores que están altamente cualificados (miembros de la Real Filharmonía de Galicia entre otros). Fomentamos la interpretación en público y la asistencia a conciertos como parte indispensable de la formación, así como la implicación de la familia, ayuda primordial en la formación musical del niño.

¿Qué aspectos priman más en sus proyectos educativos?

Prestamos especial atención a niños en edades tempranas (tres a seis años), para potenciar el desarrollo auditivo, rítmico y motriz a través de juegos musicales y canciones. Más adelante, cuando el niño escoge un instrumento, consideramos imprescindible el trabajo individual profesor-alumno, y en casos de un especial talento musical, realizamos una programación individualizada con el objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades para abrirle las posibilidades de un futuro profesional con una base sólida. Un músico se va formando desde muy pequeño. Un médico puede decidir su profesión con 18 años, pero un músico necesita una intensa preparación previa.

En estos veinticinco años de vida, ¿qué alumnos se profesionalizaron?

En este cuarto de siglo podemos decir con orgullo que entre nuestro alumnado han pasado, entre otros, Rosalía Gómez Lasheras (gallega del año), Sara Pinaque, Iago Domínguez, Sara Domínguez, Manuel y Javier López Jorge, Daniel Ariño, Xaquín Carro... todos ellos se han acabado profesionalizando en el mundo de la música.

Además de las clases, ¿qué otras actividades realizáis en el centro?

A lo largo de este tiempo hemos llevado a cabo numerosos cursos y máster clases impartidos por profesores de primera talla internacional: Cecilio Tieles, Almudena Cano, Ana Guijarro, Alexander Kandelaki, Joseph Colom, Claudio Martínez Mehner, Nikolai Demidenko....

Además, hemos tenido otras actividades puntuales como los campamentos musicales, los ciclos de conciertos (CGAC y Paraninfo de la Universidad), recitales de poesía o la publicación de la revista Letra Negra.

¿Qué novedades han introducido este curso?

Como novedades hemos incorporado el aula de Piano Moderno, Jazz e Improvisación, impartido por Alejandro Vargas, así como la iniciación al órgano, por María José Cerviño.

¿Qué medidas especiales han tenido que tomar como consecuencia de la pandemia?

Entre las medidas a tomar están los análisis serológicos periódicos de covid-19 al profesorado; se mide la temperatura a cada alumno y se desinfectan manos y calzado; y las mesas, teclados y demás mobiliario que se utilice es desinfectado entre clase y clase y el aula ventilada.

Asimismo, se trabaja en grupos reducidos, por ello, las mesas de las aulas donde se imparten esas clases grupales se han acondicionado con mamparas de protección. A mayores, se ha instalado una pantalla por si algún niño está acatarrado o en cuarentena y no puede venir, en cuyo caso, accederá a su aula de forma virtual desde su casa, interaccionando igualmente con sus compañeros y profesores que están en el centro.