En determinadas calles del casco histórico habrá que llevar la bicicleta “de la mano”

Cambio en el borrador de la nueva norma: se permitirá el acceso a estos vehículos excepto a zonas con mayor tránsito, como el Franco // ¿Entrar al Obradoiro sobre dos ruedas?
ECG Redacción
Marcha en bicicleta de Composcleta el pasado sábado por la mañana a su paso por Xoán XXIII. Foto: Fernando Blanco

La polémica con la futura normativa de circulación del Concello de Santiago está centrada en la circulación de las bicicletas. En un primer borrador se limitaba su paso por todo el casco histórico de la ciudad, lo que provocó la movilización de la asociación Composcleta, así como las quejas de la oposición. El artículo 4 de dicho texto indicaba: “Se prohibe a circulación de vehículos, incluídas as bicicletas en todo o ámbito delimitado como casco-histórico neste Anexo, aqueles que accedan, por algunha das causas previstas nesta Ordenanza; agás os vehículos que realicen funcións de carga e descarga entre as 7.00 horas e as 9.00 horas os días laborables, terán que atoparse debidamente autorizados”.

Sin embargo, el ayuntamiento incide en que ese texto se trataba de un primer acercamiento al diálogo con los grupos, y aclara que ya hay varios aspectos modificados en lo que al uso de las bicicletas se refiere. Desde la concellería de Mobilidade, su responsable, el concelleiro Gonzalo Muíños, incide en que “las bicicletas van a poder circular por el casco histórico excepto en calles en las que haya señalización que lo prohibe”. En este sentido, la ordenanza está abierta a nuevas modificaciones y todavía no se ha delimitado cuáles serán esas calles prohibidas. El edil apela al sentido común para aclarar que serán zonas en las que el paso de una bicicleta pueda trastocar a los peatones, la principal prioridad para el Concello. Así, cabe esperar que rúas como el Franco, en condiciones normales un hervidero constante de paso, tengan limitaciones a las dos ruedas.

El concelleiro también cita otras como el Preguntoiro, la Caldeirería u Orfas, pero aclara que las zonas concretas no están aún fijadas. Eso sí, en aplicación de la lógica, reconoce que ningún policía va a multar a una persona que vaya en bicicleta por un sitio no autorizado si no está molestando a nadie en ese momento ni interrumpiendo el paso. Esto quizás implique que no se vuelva a producir la imagen de peregrinos entrando en el Obradoiro con el pedal bajo los pies, y que tengan por tanto que hacerlo a pie con la bicicleta a un lado. “La ordenanza está abierta para que se pueda circular o no en función de lo que los técnicos determinen”, añade Muíños. De momento, lo que el texto actualizado contempla es que “as bicicletas poderán circular respectando a velocidade máxima de 10 km/h”.