Fallece el primer jefe de control aéreo del aeropuerto de Santiago

Marcos Tellería Murias llegó a la ciudad con solo veinte años // Tras fundar el servicio en 1957, ocupó el cargo hasta 1996
Manuel García Solano
ARCHIVO Marcos Tellería Murias posa en la pista del aeropuerto de Santiago, justo delante de un DC3 de la pequeña base estadounidense que hubo en Lavacolla

El pasado viernes falleció en la capital gallega el que fuera el primer jefe de control aéreo del aeropuerto de Santiago. Marcos Tellería Murias, nacido en 1930 en Bilbao, llegó por primera vez al aeropuerto compostelano cuando todavía era un pequeño aeródromo construido poco antes por los presos de un campo de concentración cercano, en 1951. Solo tenía 20 años y comenzó como radiotelegrafista. No estuvo un muy largo período de tiempo, aunque el suficiente para entablar relaciones con quien fue su esposa, la compostelana, Mariluz Couso Noya, ya fallecida. Tuvieron nueve hijos.

Tellería Murias regresó a Santiago en 1957 para fundar el servicio de Control Aéreo en la recién construida torre de la nueva terminal de pasajeros, junto a Joaquín Díaz Ureña. Desde entonces y hasta 1996 (cuando cumplió los 65 años), ejerció la jefatura del control de tráfico aéreo, no sólo en la capital gallega, sino que también fue Jefe de Área de Galicia Norte.

A su retirada, acumuló 45 años de servicio activo para la terminal compostelana, siendo la persona que más tiempo estuvo vinculada a ella.

Uno de sus ochos hijos, Eduardo Javier, trabajó en EL CORREO GALLEGO y otro, el cantante y guitarrista Marcos Tellería, fue colaborador de este periódico elaborando una página de música. Además, varios de sus retoños también estuvieron vinculados a la aviación.

En la foto que acompaña esta información, Marcos Tellería Murias posa en la pista del aeropuerto, delante de un histórico DC3 de la pequeña base estadounidense que hubo en Lavacolla.

El cuerpo de Tellería Murias fue incinerado el pasado sábado en la intimidad familiar, y hoy, a las cinco de la tarde, se celebrará el funeral por su eterno descanso en la iglesia parroquial de San Miguel dos Agros.