Fuerte tijeretazo de Ryanair a los vuelos domésticos e internacionales

Que una de las compañías estrella de la aviación en la capital gallega siga lanzando ofertas y reduciendo frecuencias da buena cuenta de la situación que sufren tanto el turismo como el transporte de viajeros que se desplazan entre sus lugares de origen y de residencia. La compañía de bajo coste Ryanair ya había anunciado recortes de un 20 por ciento para los vuelos de septiembre y de octubre, sin embargo, ahora suma un nuevo tijeretazo de similar porcentaje. Y, pese a que en este momento las restricciones sanitarias hacen que sea más sencillo volar a destinos nacionales, el recorte también va a afectar en octubre a los vuelos domésticos.

Así, con las nuevas conexiones ya disponibles para la compra, bajan las frecuencias semanales para viajar a Madrid, Sevilla y Gran Canaria. La capital española es la más perjudicada, con dos frecuencias semanales menos. Este mes, es posible volar a Madrid cuatro días a la semana: lunes, martes, miércoles y domingos; en octubre solo habrá vuelos los lunes y jueves. Antes de la pandemia sanitaria, Ryanar volaba dos veces al día a Madrid. La única opción diaria para una de las conexiones más utilizadas es Iberia Express, con dos vuelos todos los días tanto este mes como los próximos.

Sevilla, que junto a Alicante eran dos de los destinos con más oferta al tener cinco conexiones semanales, se quedará en unos días con tres: martes, jueves y sábados. El caso de Gran Canaria es algo más particular. Las islas están teniendo bastante tirón dentro de la caída general del turismo, por lo que Ryanair hará una reducción progresiva. Las tres primeras semanas de octubre reduce un vuelo semanal, pasando de cinco a cuatro; y, a partir del 19 de ese mes, perderá una más. Ya en noviembre, a falta de nuevos cambios, habrá solo dos enlaces semanales. El panorama se mantiene similar al actual para Alicante, cinco vuelos a la semana; Barcelona, cuatro; Málaga, tres; Palma, cuatro; Tenerife sur, cuatro; y Valencia, cuatro. Antes de marzo, había más horarios y conexiones en general.

EXTRANJERO. Respecto a los vuelos internacionales, ya de por sí con pocas posibilidades, Londres es el que más pierde con el nuevo recorte. El aeropuerto de Stansted pasa de tres conexiones semanales a dos, aunque las podría recuperar en noviembre. Así, se podrá viajar a la capital británica los martes y viernes. Milán, con dos destinos semanales, sí sufre pérdidas pero ya de cara a noviembre, cuando pasará a una. Y llama la atención el caso de Roma, actualmente con dos vuelos semanales que perdería a partir del mes de noviembre.

Desde la compañía irlandesa, que ha aplicado sus recortes de forma generalizada en su red de aeropuertos, la causa está en las restricciones que imponen muchos países a los viajeros. Cualquiera que llegue al Reino Unido desde España debe pasar 14 días de cuarentena. Y, para viajar a Italia, es necesario realizar una prueba que demuestre al llegar al país que no se está contagiado del covid 19.

OFERTAS. Mientras, en un intento por mantener la subida de pasajeros experimentada en agosto, Ryanair sigue con sus descuentos con vuelos a Madrid por diez euros; a Palma por trece; y por quince a Alicante y a Valencia. En las últimas semanas ha realizado otras dos promociones, con vuelos a cinco euros a principios de mes; y con otra oferta de billetes a menos de ocho euros la semana pasada. Además, hay opciones de volar a Tenerife, Gran Canaria, Barcelona y Málaga por menos de veinte euros.

Son las consecuencias de la contracción que ha supuesto para el turismo la pandemia. Pese a que el aeropuerto compostelano no es el que sale peor parado en la media española, sus pérdidas en agosto fueron del 50 por ciento con respecto a agosto de 2019. Toda la red española sufrió una caída del 69,6 %.

Actualmente, la imagen en Lavacolla es la de pasajeros con mascarilla que principalmente viajan a las islas de vacaciones, como Lanzarote o Tenerife. En este sentido, pese a las separaciones marcadas en el suelo, las filas que se forman estos días reflejan que la distancia de seguridad brilla por su ausencia. Eso sí, también es cierto que una vez dentro del avión pueden ser ocupadas todas las filas al completo, siempre con la mascarilla puesta excepto en el momento de consumir bebida o comida.