Hartazgo en la avenida de Barcelona: los cacos ya actúan a plena luz del día

Nuevo robo en un restaurante de la zona // Relacionan el rosario de incidentes con el trapicheo que se registra en el Banco do Pobre // Un menor se pinchó con una jeringuilla recientemente
Uxío Santamaría
Cristalera de la parrillada Mera destrozada por la que el ladrón accedió al local. Foto: cedida

Aumenta la sensación de inseguridad en el entorno de las avenidas de Barcelona y Bilbao. La acción de los cacos y el trapicheo mantienen en alerta a los vecinos, hosteleros y empresarios de la zona. Esta vez la víctima ha sido la parrillada Mera, localizada en las inmediaciones del hospital Clínico. Sonó la alarma al filo de las 01.00 horas de ayer y cuando el propietario y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad llegaron al establecimiento se encontraron con una de las vidrieras exteriores totalmente destrozada, como se puede comprobar en la imagen que acompaña esta información.

“Reventó el cristal blindado con una maza o algo similar y consiguió hacer un pequeño agujero por el que entró al restaurante”, explica el propietario en conversaciones con EL CORREO, antes de apuntar que las cámaras de vídeo vigilancia pudieron captar la imagen de un hombre encapuchado en el interior. “No se pudo llevar nada, ni un euro, porque no lo había. No acostumbramos a dejar dinero en el local”, añade. Al respecto, afirma que el ladrón solo consiguió salir herido del asalto.

“Había bastante sangre en varias zonas como consecuencia de los cortes que sufrió cuando accedió por el agujero del cristal. Se ve que no era suficientemente grande como para el tamaño de su cuerpo y se hirió”, señala la víctima, que asegura que el Cuerpo Nacional de Policía ya ha conseguido identificar al autor de los hechos por las imágenes de las cámaras, lo que se podrá ratificar con las pruebas que se le realicen a los restos biológicos que fueron recogidos en el local. Al parecer, se trataría de un viejo conocido de la Comisaría de Santiago, que sufriría problemas de drogadicción.

Lo cierto es que el hartazgo es cada vez mayor en la zona, donde vecinos y empresarios llevan meses denunciando “una palpable falta de seguridad” y una “degradación del barrio” debido a los trapicheos, continuos robos e incluso el secuestro de una taxista que trabajaba en la parada del hospital Clínico.

Todos apuntan a un mismo foco: el Banco do Pobre, donde supuestamente habría al menos un punto de venta de droga que atrae a toxicómanos y delincuentes, que acaban actuando en la zona para tratar de hacerse con el dinero que necesitan para la dosis. El de la parrillada Mera es solo el último suceso de un rosario de incidentes. La semana pasada, por ejemplo, la clienta de una cafetería situada en la avenida de Barcelona sufrió el robo de la cartera mientras consumía en la terraza. A plena luz del día.

Y a finales de octubre, otro establecimiento de la misma calle también sufrió un asalto, con un modus operandi similar al de la madrugada de ayer, lográndose llevar el ladrón apenas 60 euros.

Así las cosas, se ha creado una alarma en el barrio y también han despertado las quejas del vecindario. Unas quejas que ya se transmitieron en su momento a los responsables locales de seguridad, y que se han traducido en una mayor presencia de miembros de la Policía Nacional en la zona, pero que consideran que no ha conseguido atajar del todo estos problemas.

Desde hace tiempo los residentes vienen denunciando la existencia de trapicheo de droga en las proximidades, lo que ha llevado a algunas comunidades de vecinos a reforzar la seguridad en los portales, ante la presencia por la noche de personas que los utilizaban para pincharse. De hecho, en días pasados este mismo periódico se hacía eco de las quejas de los vecinos por la proliferación en las zonas verdes del entorno de Santa Marta de restos de esta actividad en forma de jeringuillas abandonadas, con una de las cuales se había pinchado un menor, motivo por el que en muchas familias se ha generado un clima de preocupación.