Imposible dormir: crece el enfado vecinal por las juergas nocturnas
La movida nocturna ha comenzado este año con mucha fuerza y cada vez arrecian más las protestas de los vecinos del Ensanche y del casco viejo, las dos zonas de la ciudad más afectadas por el ruido, ante la imposibilidad de poder descansar hasta altas horas de la madrugada. Aunque las noches de los jueves son las que registran un mayor barullo, debido a que muchos universitarios abandonan al día siguiente la ciudad para pasar el fin de semana con sus familias, las de los miércoles se han convertido también en una juerga permanente.
El mayor problema se registra, curiosamente, cuando cierran las terrazas de hostelería, porque cientos de jóvenes se quedan en la calle bebiendo, gritando y cantando hasta que les entra el sueño, con la consiguiente molestia para los vecinos que viven en pisos exteriores. Otros, por contra, siguen de fiesta en sus viviendas de alquiler y revolucionan a todo el vecindario.
Entre las zonas más perjudicadas de la ciudad se encuentra la plaza Roxa y todas las calles de alrededor. Allí, los cánticos y el ruido insoportable suelen durar hasta pasadas las tres de la madrugada y las familias afectadas estiman que la Policía debería multar con mucha más contundencia a los grupos que, lejos de comportarse con algo de civismo, parecen competir para ver quién molesta más a los residentes.
Así, ahora se ha puesto de moda animar las juergas nocturnas en la calle poniendo música a todo meter desde los coches. De igual forma, abundan los graciosos que se pasan toda la noche chillando por los patios de manzana o cantando a pleno pulmón por las ventanas. Cualquier día, afirman los vecinos, algún residente perderá la cabeza y ocurrirá algo gordo.