La intermodal será utilizada cada año por cerca de siete millones de viajeros

Sumando los usuarios de tren y buses, recibirá anualmente una masa de pasajeros similar a la población de setenta ciudades como Santiago // El 3 de mayo se estrenará la pasarela peatonal
Intermodal
Martin Fernández
Interior del vestíbulo de la nueva terminal de buses. Foto: D. Cabezón

Con la llegada de la alta velocidad a la ciudad, desde el Concello estiman que la estación intermodal de Santiago moverá en torno a a siete millones de pasajeros al año, y cuyo desglose sería el siguiente: tres millones la terminal de tren, dos la de autobuses y otros dos millones relacionados con el transporte metropolitano. De esta forma, teniendo en cuenta que el padrón municipal de la capital gallega roza los 98.000 habitantes (97.848), tal y como recoge el último balance publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), con fecha a 1 de enero de 2020, la intermodal recibirá cada año una masa de pasajeros similar a la población de 70 ciudades como Compostela.

Una vez completadas las tres grandes actuaciones incluidas en la primera fase del proyecto intermodal (la terminal de autobuses, la pasarela peatonal y los nuevos accesos desde la rúa Clara Campoamor), desde el Concello anunciaron esta semana que la puesta en servicio de la nueva terminal de buses tendrá lugar el próximo 3 de mayo, una vez se complete el traslado de equipamientos y trabajadores derivados de la vieja estación situada en San Caetano. En un principio, el objetivo es que se coordine su puesta en marcha con la apertura también de la pasarela peatonal, cuyas obras de construcción han finalizado.

En cuanto a las características de la nueva estación de autobuses, situada en el entorno de la rúa Clara Campoamor, ocupa una superficie de más de 13.000 m2, y cuenta con 19 dársenas de transporte interurbano, seis de metropolitano y 11 plazas para regulación. Raxoi explotará las instalaciones por un plazo de 25 años, hasta 2046.

Además, en cuanto a la plataforma cubierta que comunicará ambas estaciones
–tren y buses–, permitirá mejorar la conexión entre los barrios del Ensanche y Pontepedriña, garantizando el tránsito de los usuarios entre la calle Clara Campoamor y la avenida do Hórreo. Las obras en esta infraestructura concluyeron hace solo unos días con los trabajos de instalación del ascensor. La pasarela peatonal de la intermodal se convertirá en la primera calle pública encapsulada de Compostela, y supone una nueva conexión entre el Hórreo y Pontepedriña, superando la barrera histórica entre dos barrios de la ciudad separados por las vías del tren.

La plataforma se divide en tres zonas representativas, una hacia la ciudad, otra que es el espacio central sobre vías y andenes, y la parte de la estación de autobuses. En su estructura, destaca la plataforma de hormigón y la estructura metálica porticada. La pasarela tiene una longitud de 168 metros y un ancho que varía entre los 8 y 12 metros. La altura media es de cinco metros.

Una vez finalizada la primera parte del proyecto intermodal diseñado para la capital gallega, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, anunció hace una semana durante una visita a Compostela que el Gobierno licitará en las próximas semanas las obras de ampliación de la estación de tren, sin necesidad de alcanzar los 3,5 millones de viajeros que condicionaban esta acción en el convenio firmado.

ferrocarril. La Fase II del proyecto intermodal para Compostela incluye la construcción del nuevo edificio de la estación de tren en el espacio previsto sobre las vías entre la pasarela de conexión con la ciudad y la marquesina metálica existente, tal y como consta en la memoria descriptiva del proyecto.

REURBANIZACIÓN DEL HÓRREO. Asimismo, teniendo en cuenta la transformación que supondrá para esta zona de la ciudad la puesta en marcha de la intermodal, Raxoi sacará a concurso el proyecto de reurbanización de la rúa do Hórreo. La propuesta contempla habilitar un vial para autobuses y una zona de preferencia peatonal que iría desde un poco antes de la pasarela hasta la rotonda.

Se diferenciaría del resto de la calle por la elevación de la superficie, con un pavimento distinto, una solución parecida a la que se adoptó en el cruce de Xeneral Pardiñas con la rúa de Montero Ríos, con un límite de velocidad de diez kilómetros por hora.