La USC imparte cuatro mil asignaturas entre los campus de Santiago y Lugo

Discrepancias entre profesores y alumnos con respecto a las clases, tutorías, materias, docencia y ayudas para el futuro// Fuentes del rectorado señalan: “Las incidencias son tramitadas y resueltas asegurando la máxima calidad”// Una profesora se duele: “Ya nada parece suficiente”
Universidad
enrique condeSantiago
Senén Barro, director del CITIUS

Las cifras son muy elocuentes y es lo único que no admite discusión, afirmó rotundo en día lejano un vicepresidente de la Xunta, después docente en la USC. La cita viene al caso décadas después ante manifestaciones de alumnos de la Universidade de Santiago que se quejan de que la atención que reciben del profesorado podría mejorar. La cifra global de asignaturas que se imparten en las facultades de los campus de Santiago y Lugo asciende a cuatro mil. Son tantas, tan diversas, dependen de múltiples factores y están a cargo de centenares de profesionales –catedráticos, cuerpo de profesores, asociados e interinos– que sería misión imposible alcanzar la excelencia. Lo que al menos se puede pedir es la garantía de que en el ejercicio de su trabajo respondan a los parámetros de calidad exigibles en el ámbito de la formación académica al más alto nivel.

testimonios de unos y otros aparecen citados en este tema del día y parten de preguntas que llegaron a nuestra Redacción, resumidas en una micro-encuesta basada en los siguientes interrogantes: ¿Crees que tus profesores dominan las materias de las asignaturas que imparten? ¿Resuelven las dudas de los alumnos sobre las explicaciones dadas en clase? ¿Asistes a las tutorías en los despachos? ¿Cuántas veces lo has hecho en tu carrera? ¿Contestan los docentes a tus correos y aclaran dudas sobre las materias y la docencia? ¿Crees que la USC se preocupa por sus alumnos? ¿Desearías que la universidad ayudase en la orientación profesional del futuro de su alumnado? ¿Crees que en la Universidade de Santiago prima la cantidad de sus alumnos frente a la calidad de la enseñanza?

Frente a las opiniones recibidas de alumnos, el exrector y actual director del CITIUS, Senén Barro Ameneiro, opina que “son manifestacións xenéricas, cuxo fundamento descoñezo e que estou convencido de que non responden á verdade ou ben falan de casos moi concretos, que, de habelos, deberían ser oportunamente denunciados polos propios estudantes, con nomes e apelidos, en lugar de facer manifestacións xenéricas. A USC non só conta cos procedementos axeitados para iso, senón que se toma moi en serio a súa aplicación. Dito isto, descoñezo a realidade doutros centros, pero podo falar da titulación na que imparto a miña docencia, o grao de Enxeñaría Informática”.

“É un grao moi esixente, pola natureza mesma dos seus contidos, a gran cantidade de prácticas e de docencia interactiva, e o mesmo rigor e intensidade que se imprime ás materias por parte do profesorado, incluído o traballo fin de grao. Contamos, é certo, con estudantes que acceden coa nota de corte máis alta deste grao dentro do Sistema Universitario Gallego, e desde a súa implantación, hai case dúas décadas, a maior parte dos cursos académicos tamén tivo a nota de corte máis alta do conxunto do Sistema Universitario Español. Isto é algo moi positivo para o éxito na formación do noso alumnado, pero non sería garantía de nada se non fose precisamente pola competencia, a dedicación e o extraordinario respecto aos estudantes que hai entre o profesorado”, agrega.

“Todo o que digo –explica Barro– queda avalado con datos, como as enquisas que se realizan anualmente ao alumnado, os datos de empregabilidade, as ofertas de emprego ou as referencias posteriores dos empregadores sobre a calidade e competencia dos nosos egresados. É máis, as poucas ocasións nas que houbo constancia dalgunha disfunción na docencia, fose por acción ou por omisión, resolvéronse de forma dilixente e con acerto por parte da dirección da Escola Técnica Superior de Enxeñería, á que este grao está adscrito”.

Por su parte, Margarita Estévez-Sáa, profesora titular de la USC, resalta de manera contundente que “mi experiencia en la USC tanto como estudiante primero, como en calidad de profesora ahora, me demuestra que cada cierto tiempo surgen comentarios demagógicos sobre la universidad compostelana, al igual que ocurre con otras instituciones y servicios públicos. En este sentido y atendiendo a mi experiencia, puedo asegurar que nunca el profesorado hizo tanta investigación como ahora, incluso con impacto verificable a nivel internacional, y tanto en las grandes áreas de ciencias como de humanidades.

“La figura del profesor que no investiga, que no digo yo que no existiera en el pasado, está prácticamente extinguida. Por tanto, dudar de la competencia del profesorado hoy día es tergiversar la realidad. La sociedad debe saber, además, que todas y cada una de las titulaciones de la USC se someten a las evaluaciones periódicas de organismos externos, que evalúan la calidad de la enseñanza, la atención al alumnado y el grado de satisfacción de nuestros estudiantes. Cuando en esas evaluaciones se detecta un problema puntual, siempre se le pone remedio. La atención y el trato a los estudiantes son personalizados a través de tutorías, que son públicas, y de otros medios telemáticos”, se extiende Sáa. La profesora añade que “de hecho, casi diría que en la actualidad nuestros estudiantes, muchas veces, no respetan los horarios de consultas, pues se han acostumbrado a que los atendamos por correo electrónico o de forma virtual cuando no pueden o no quieren desplazarse a nuestros despachos. Es decir, que se ha facilitado hasta tal punto la atención al estudiantado que, a lo mejor, estamos llegando a un punto en el que ya nada parece suficiente”.

Otros DOCENTES que desean permanecer en el anonimato ofrecen testimonios coincidentes: “En términos generales, en la USC se trabaja con el alumnado de manera eficiente. Hay casos de profesionales que no están a la altura de sus responsabilidades, catedráticos que apenas ejercen como docentes y cargan la mano en la investigación, o incluso quienes solicitan bajas prolongadas para “escaquearse” del trabajo ordinario, pero constituyen una minoría poco relevante frente a los que cumplen escrupulosamente sus obligaciones”.

Por su parte, fuentes del rectorado señalan que “no eido da Universidade, o estudantado ten garantida a defensa dos seus dereitos, así como a posibilidade de presentación de queixas e/ou reclamacións, a través de diferentes instancias que van dende os centros ata o valedor da comunidade universitaria. As incidencias puntuais que se poidan dar, que deben ser comunicadas polas vías habilitadas a tal efecto, son tramitadas e resoltas tendo como obxectivo sempre asegurar a máxima calidade na docencia impartida”. Para añadir que “neste momento non existe constancia de que se teñan presentado queixas/reclamacións ou outras incidencias por parte do estudantado que indiquen a existencia de problemas colectivos/xerais”.