Levantan losetas del pavimento recién colocadas en Concheiros

El alcalde ya adelantó a los comerciantes que no se espera que las obras terminen antes de enero // Los negocios no aguantan más y exigen a Raxoi ayudas directas
Uxío Santamaría

“No es normal que hoy mismo estén levantando piedras del pavimento en cuya colocación perdieron antes tres días. La falta de gestión y ejecución de la obra es sangrante”. Son palabras de Suso Fernández, representante de la Asociación de Comerciantes de San Pedro, quien ayer se puso en contacto con este periódico para denunciar el estado de las obras de Concheiros. Ayer pudo ser testigo de cómo los operarios que trabajan en la reurbanización de la rúa retiraban losetas de piedra que habían sido colocadas recientemente. “Pero es que es todo así: un desastre”, lamenta este comerciante.

Los negocios de la calle están muy preocupados por su viabilidad, dado que todo apunta a que los trabajos se alargarán más de lo previsto. “Nos reunimos esta semana con el alcalde en el Concello, en principio para pedirle el plano de las obras, aunque también se abordaron otros temas”, comenta el representante de la asociación, al tiempo que asegura que Sánchez Bugallo “ya nos advirtió de que, aunque la empresa solicitó una prórroga hasta el 23 de diciembre, es muy probable que las obras no estén terminadas hasta entrado enero del próximo año.

Con esto, los comerciantes trasladaron al regidor de la capital gallega que su situación es insostenible. “Le remarcamos que necesitamos ayudas directas para sobrevivir. Planteamos la posibilidad de que se estudiara cada caso, haciendo una comparación de la facturación con obras y sin ellas, pero el alcalde se cerró en banda. Se negó rotundamente a las ayudas directas y solo planteó un plan de dinamización de la zona que se pondría en marcha cuando la calle esté terminada. Lo que no debe saber Bugallo es que para entonces lo único que va a poder dinamizar es un cementerio de comercios cerrados”, asegura Fernández.

Los comerciantes son conscientes de la necesidad de esta obra. “No nos oponemos a la obra, todo lo contrario: la calle necesitaba mucho esta reforma integral; pero la realidad es que no se están cumpliendo los plazos previstos y que esto está provocando un perjuicio a los vecinos y también a los comercios”, añade. “Cuando comenzaron en enero estaba previsto que las obras remataran en septiembre, luego se amplió el plazo hasta el 12 de noviembre, ahora la empresa solicita otra prórroga hasta el 23 de diciembre, pero el alcalde ya nos habla de enero. Así no hay manera de remontar. No se deben dar cuenta de que aquí ya no viene nadie de otras zonas de la ciudad a comprar, sabiendo que la calle está patas arriba”, indica, al tiempo que hace referencia a las “numerosas caídas de personas que se han registrado en los últimos meses en las obras”.

El alcalde, Xosé Sáncehz Bugallo, avanzó este martes que se está trabajando en la organización de actividades de dinamización del barrio, para compensar los perjuicios ocasionados durante la realización de los trabajos, una compensación que parece no convencer a los comerciantes del barrio.

Mientras tanto, continúan los trabajos en el pavimento de la calle, donde ayer estuvieron retirando piedras que se habían colocado hace semanas para su sustitución, al parecer, porque “alguna no se encontraba en buen estado”.

Por otra parta, ya está hormigonada la parte que corresponderá a la acera, que es la situada a la izquierda, mientras que los carriles de circulación ocupará la zona que todavía está cubierta de adoquines, en el centro. En esta acera es donde estarán situados los contenedores subterráneos, que estarán repartidos en tres bloques, situados frente a los supermercados de DIA, Gadis y en las proximidades del ascensor.

Fuera del ámbito queda una parte del vial inferior que se aprecia a la izquierda de la fotografía, donde se descubrieron unas viviendas cuya situación está estudiando el Departamento de Disciplina Urbanística. Las obras tendrían que haberse ejecutado el año pasado, pero estaban a punto de salir a contratación cuando se decretó el estado de alarma y se paralizaron.