Los Reyes Magos reparten ilusión en Santiago con una recepción segura

Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron con gran atención cada una de las peticiones // La mayor afluencia se produjo a primera hora de la tarde
Reyes Magos
Susana Martínez
Una fila de niños espera para introducir su carta y compartir un rato con los Reyes Magos. Foto: Antonio Hernández

Un año más, los Magos de Oriente tuvieron que cumplir ayer con las restricciones dictadas para la contención de la pandemia. En vez de la convencional cabalgata por las calles de la ciudad, y conscientes de la necesidad de proteger a los demás, los Reyes Magos recibieron a los niños y niñas en la Iglesia de Santo Domingo de Bonaval.

El día lluvioso no impidió que cientos de familias esperasen haciendo cola durante mucho rato para que los más pequeños se acercasen a saludar a sus majestades, ya sea para ultimar las peticiones, o para asegurar que sus cartas llegaron sanas y salvas a las manos correctas.

De esta forma, en el interior de la Iglesia de Bonaval esperaban los Reyes Magos para recibir a todos y cada uno de los niños que esperaban con ilusión para verles.

Fue un día ajetreado para los Magos de Oriente, que comenzaron su recepción real a las 11.30 horas de la mañana y no acabaron hasta pasadas las diez de la noche con un pausa, por supuesto, para comer entre las 13.30 y las 16.00 horas. Sin embargo, ahí no acabó su jornada, pues todavía les quedada por delante una larga noche repartiendo regalos por miles de hogares y recuperando energías en las casas que dejaron turrones y refrigerios para ellos.

Este año fue necesario una reserva de una entrada previa por hora para poder acceder a la Iglesia, con el objetivo de controlar el aforo y hacer más fácil la localización de los asistentes en caso de detectarse algún brote. Ante los datos de las reservas, se calcula que asistieron alrededor de 6.000 personas a pesar de los momentos de lluvia y frío que se fueron alternando con cielos despejados que daban una tregua, y que hicieron que los rezagados que contaban con una reserva se animaran a asistir.

LARGAS COLAS. Así, a primera hora de la tarde la gente se empezó a amontonar aprovechando los primeros rayos del sol del día y generando algunas esperas no deseadas por algunos padres, además de la impaciencia de los niños por ver a los Magos. Tal fue el nivel de asistencia que las colas bajaban por la cuesta de San Domingo y alcanzaban buena parte de la rúa de Bonaval.

Según indicó el Concello, esta recepción suponía la única forma de garantizar y controlar las distancias de seguridad recomendada y el uso de mascarillas.

Atrás quedan ya las imágenes de aglomeraciones ante el paso de las carrozas de sus Majestades de Oriente. De esta manera, la forma de la recepción Real garantiza la seguridad en un momento en el que muchos niños aún no están vacunados. Sea cual sea el formato escogido, la ilusión de los niños y niñas por ver a los Reyes Magos depende del contenido. Así, un año más, Melchor, Gaspar y Baltasar volvieron a trabajar con la seguridad de que en Santiago son siempre muy bien recibidos.