Los vecinos del Ensanche y casco viejo siguen ‘esperando’ a la Policía de Barrio

El proyecto está de momento en situación de ‘stand by’ // Desde el comienzo del curso en la USC, los agentes locales están volcados en el control de la movida nocturna
Carla Noya
Dos agentes de la Policía Local colocando una valla en la rúa Santiago de Chile, en el Ensanche de la ciudad. Foto: ECG

El desembarco de la esperada Policía de barrio está de momento estancado. La preocupación del Concello por contener las aglomeraciones de jóvenes en la calle y los botellones está suponiendo un esfuerzo muy elevado para los agentes locales, cuya labor ensalza siempre el concejal de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Muíños, puesto que rara es la noche que no tienen que disolver algún grupo numeroso de chavales que están en la calle bebiendo.

De hecho, este tipo de situaciones están provocando también que prácticamente a diario figuren en el parte de incidencias faltas de respecto a los policías, que en la mayoría de los casos tienen que ver con la negativa de los denunciados a entregar el alcohol que están bebiendo en la calle. Así, la Policía Local está realizando un gran esfuerzo para atajar estas situaciones, lo que ha provocado que permanezca en stand by el proyecto de la Policía de distrito.

A finales del año pasado se incorporaron a la Policía Local de Santiago once agentes nuevos, tres mujeres y ocho hombres, que tomaron posesión como funcionarios tras su paso por la academia de seguridad de A Estrada y una vez finalizado el período de prácticas.

Se suponía que el desembarco de los nuevos efectivos permitirá poner en marcha la promesa electoral del alcalde de recuperar la Policía de Barrio, reconvertida ahora en Policía de Distrito, pero de momento el proyecto se está posponiendo, aunque los distintos inspectores llevan tiempo trabajando en ello y designando ciertas zonas para las diferentes patrullas.

El primer lugar en el que se dejará ver esta nueva figura será el casco histórico y después se trasladará a otras áreas de la capital gallega, como por ejemplo el barrio de Fontiñas. Eso sí, todo apunta a que, como mínimo, habrá que esperar a la conclusión de las fiestas de Navidad para que la Policía de Distrito sea una realidad en la capital gallega.

Recuperar este servicio tiene mucho que ver con el hecho que hace años funcionase “muy bien”, además de ser una vieja demanda tanto de vecinos como de comerciantes de Compostela. De hecho, las asociaciones vecinales del Ensanche y del barrio de San Pedro insistían el año pasado en la puesta en marcha de este servicio de vigilancia. En este sentido, los diferentes colectivos de comerciantes también se muestran a favor de que se recupere esta figura, que a través de su contacto directo con los compostelanos realizaba una labor preventiva de gran importancia.

Además, estos colectivos consideran que la Policía de distrito podría ayudar a controlar mejor los problemas que siempre ha habido con los jóvenes que beben en la calle en puntos como Alfredo Brañas o Curros Enríquez, y que en los últimos meses se intensificaron por el control de los aforos en los pubs y discotecas, dado que los estudiantes quieran seguir la fiesta al aire libre, molestando con su ruido a los vecinos, que quieren descansar.

UNA FORMA DE ROMPER BARRERAS Y GANARSE LA CONFIANZA. Con este dispositivo, los agentes vigilarán distintas zonas de Compostela, prestando especial atención tmabién al casco histórico. Así, los ciudadanos podrán contactar con estos funcionarios que patrullarán la capital gallega a la hora de denunciar o para avisar de algún problema de seguridad.

Los agentes recorrerán las calles en diferentes turnos y en parejas, que estarán destinadas siempre en el mismo distrito, con el objetivo de contar con una Policía más cercana y que haga de interlocutora con los ciudadanos, para que estos les trasladen los problemas que les afectan y sus inquietudes.

De esta forma, se pretende que se rompa esa barrera que en ocasiones separa a los ciudadanos de la Policía y se establezcan lazos estrechos para así actuar de forma más efectiva ante los problemas concretos de una zona determinada de la capital gallega.

Es decir, lo que se busca con este grupo de agentes es la anticipación, ya que este tipo de unidades están basadas en una filosofía eminentemente preventiva, en la que prima el trato directo con los vecinos.

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