No es rotonda, es diseño pacificador

Rompiendo los modelos establecidos en la estética de una ciudad, el proyecto interminable de Concheiros traerá un concepto renovado a la capital gallega. De la línea de los focos en catenaria para guiar el camino, surge una nueva expresión: las circunferencias a distinto color que no son rotondas, sino un diseño pacificador, tal y como han confirmado fuentes municipales a EL CORREO GALLEGO.

Una vez se culminen los trabajos en la calle de entrada del Camino Francés a Compostela, los cuales deberían estar, de nuevo, listos para sentencia, el barrio contará con un carril en cada sentido de la marcha, en una vía sobre piedra que aportará un estilo urbano y moderno.

Más allá de los continuos contratiempos, puesto que se preveía la finalización de las obras el 12 de noviembre del año pasado, una fecha que ya venía con retraso respecto al plazo inicialmente previsto, se pretende que esta área de la capital gallega se rejuvenezca a la altura de las grandes ciudades del mundo.

De este modo, las aceras serán más anchas, para facilitar el tránsito de personas y peregrinos; la carretera empedrada, para aportar un toque diferencial a la carretera rota que había anteriormente; los jardines lucirán a los lados, aportando una visual verde al entorno; y el hormigón, en el centro, romperá ese croma blanquecino del suelo.

Dentro de ese cambio radical del panorama, la humanización y reestructuración de Concheiros provoca la eliminación de decenas de plazas de aparcamiento, las cuales se desplazaron al renovado parquin de Altiboia. Este movimiento no ha sido bien acogido por los vecinos, cómo se puede percibir en los huecos libres que quedan cada día en la zona verde, ya que consideran que está fuera del ámbito barrio. En todo caso, señaló Gonzalo Muíños, para los que deseen estacionar su vehículo cerca de su vivienda, la calle tendrá una pequeña cantidad de lugares para residentes, aunque dependerá del diseño final.