No evitaron las numerosas protestas el cierre de bancos en el casco viejo

Las oficinas de la Rúa do Vilar y O Preguntoiro cesaron su actividad el pasado viernes en medio de la polémica // “El alcalde dijo que estaba con gestiones y que nos llamaría, pero todavía no lo hizo”
Uxío Santamaría
En el exterior del bajo del número 33 de la Rúa do Vilar ya no quedan signos de la sucursal del BBVA que acogió hasta el pasado viernes. Foto: Fernando Blanco

Pese a las protestas de los vecinos y comerciantes, y al malestar general que se ha generado en el casco histórico compostelano, la oficina bancaria del BBVA de la Rúa do Vilar cerró sus puertas definitivamente a finales de la semana pasada, tal y como tenía previsto la entidad financiera. De hecho, en las últimas horas ya se han podido ver operarios retirando el mobiliario y las referencias a la entidad. Todo esto en un contexto de crispación en la zona monumental de la capital gallega, que ve cómo cada vez pierde más servicios.

Los afectados mantenían un halo de esperanza, después de que el alcalde de Santiago les comunicase que estaba haciendo gestiones en altas instancias del banco para tratar de evitar el cierre de la Rúa do Vilar. Sin embargo, “todavía estamos esperando a que nos llame para que nos comunique el resultado de esas supuestas negociaciones”, indicó ayer a este periódico el gerente de la Asociación Compostela Monumental.

Los vecinos del casco histórico con cuentas en el BBVA de la Rúa do Vilar conocieron la última semana de septiembre que su sucursal cerraría sus puertas el pasado viernes 15 de octubre, al igual que otras 171 oficinas de la misma entidad. En este caso, trasladando sus movimientos a la de la Senra. Esta noticia se une a la decisión también tomada por el Banco Sabadell Gallego, para su local del Preguntoiro, que bajó la verja de manera definitiva ese mismo día. Con estas dos bajas de última hora, la almendra de Santiago se queda con tan solo cuatro oficinas bancarias, una situación que los propios residentes y comerciantes tildan de “desprecio y agravio total hacia ellos”. Estas medidas dejan por delante un panorama desolador para la zona monumental compostelana, ya que, por el momento, tan solo perdurarán las dependencias de Caixabank en la Rúa do Vilar, entidad que ha apostado por renovar sus instalaciones; las de Abanca, en As Orfas y Casas Reais (en el límite de esta área); y la del Banco Santander, en el Preguntoiro.

Con todo, por desgracia para los habitantes que viven en ella, estos dos últimos cierres vienen a continuar una plaga que se propaga desde el 2008.

Desde aquella han desaparecido más de diez sucursales en el barrio. “Por poner un ejemplo, Abanca tenía perfectamente cubierto el casco histórico, desde las oficinas que poseían en Porta Faxeira hasta las que había cerca de la Plaza de Abastos, o la que absorbió del Banco Espírito Santo, pero todas ellas las cerró”, apunta José Ángel Blanco, gerente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios CCA Compostela Monumental, quien también alude al cierre de instituciones como Hacienda o la Seguridad Social, las cuales atraían a mucha gente a esta zona.

“Ao diminuír os puntos de acceso, colócase en exclusiónfinancieira ás persoas maiores. Moitas delas, como é ben sabido, empregan a libreta de aforros como libro de caixa para controlar ingresos e pagos, polo que non os poden dirixir a un caixeiro para actualizala, porque non teñen coñecementos ao respecto. Por iso, a esta xente estáselle maltratando”, advierte Roberto Almuíña, de la Asociación de Veciños da Cidade Histórica, que además era cliente de toda la vida de la sucursal situada en el número 33 del Vilar.

El responsable del ente y vecino de la zona vieja apunta que si ya todos los días ya había largas colas en el BBVA que se cierra, no se quiere imaginar lo que pasará ahora que se tendrán que desplazar hasta la Senra. “Pretenden que vaiamos á Senra e estiven alí hai quince días para facer un ingreso é só había unha persoa para eles, cunha gran cantidade de xente agardando. É un total desprezo ao cliente”, aprecia. En esa misma línea se posiciona también Compostela Monumental. “Está claro que no es lo mismo que ir a una oficina con la que trabajas desde hace veinte años”, sentencian.

Los vecinos y comerciantes del casco hiratórico se manifestaron hace unos días frente a la sucursal del BBVA de la Rúa do Vilar con la esperanza de que la entidad bancaria se echase atrás en sus intenciones de cerrar la oficina, pero por lo que se ve todos los intentos fueron nulos. Ayer, en el exterior del número 33 de la citada calle de la zona monumental ya no quedaba signo de que aquello acogió un establecimiento bancario. Los operarios se apresuraron a retirar toda la cartelería y elementos que hacían referencia a la compañía. Ahora es un bajo vacío más.