Pontepedriña: los vecinos continúan a la espera de una reforma que no llega

Más de diez años han pasado desde que se seleccionó esta zona como Área de Rehabilitación Integral // Ya con el plan de detalle realizado, muchos bloques siguen igual // Tienen que adelantar “miles de euros” los residentes
Vivienda
ECG Redacción

Edificios envejecidos por el paso del tiempo, fachadas que han sufrido algún que otro percance en forma de caídas, tejas que han volado... y sin ascensores. Los grupos de viviendas Quiroga Palacios y Compostela, en el barrio de Pontepedriña, no han vivido el ansiado lavado de cara que llevan años esperando. El problema tiene varias aristas: por un lado, según denuncian los vecinos, los años de la crisis paralizaron las subvenciones gestionadas por el Instituto da Vivenda e Solo y por los ayuntamientos; y por otro, el proceso para acceder a las cuantías no es sencillo.

“Primero haces la obra, te gastas el dinero y te dan la subvención. La gente no tiene dinero para adelantarlo. Aquí hay mucha gente mayor y muchos parados. Un ascensor puede salir entre 15 y 20 mil euros por vecino, eso si no hay problemas. Si el ayuntamiento adelantase una parte, sería otro tema”, explica uno de los vecinos. En su bloque, se intentó, sin éxito, llegar a un consenso.

Otros sí lo han conseguido, y por eso alguna de las fachadas está pintada y sin desperfectos: “Se da el caso de que en un bloque se trabajó en una parte, y en la otra no”, explica este residente. El hecho de que haya que ponerse de acuerdo entre todos los pisos y, sobre todo, el adelanto de altas cuantías económicas hace que las reformas sean, en muchos casos, totalmente inviables: “Te pones en catorce mil euros o más antes ya de empezar las obras, por lo que la gente tiene dudas”.

A esto hay que sumar ciertos atrasos administrativos que se han producido. Hasta el año pasado, el ayuntamiento no pudo ofrecer el estudio de detalle que exigen los planes de rehabilitación. En él, se especifican cómo tienen que ser las obras: “No se aprobó en su momento el estudio de la zona para instalar los ascensores: ahora sí, pero no sin complicaciones. Una vez inicias el proceso, queda un largo camino”, cuentan los vecinos. Para llegar a acceder a las subvenciones todo tiene que estar perfectamente atado antes. En el caso de uno de los bloques, se solicitaron las partidas para el arreglo de fachadas y, finalmente, se les denegaron porque no contaban en ese momento con la licencia de obras. Todo tiene que estar en regla antes.

Desde la asociación de vecinos de Pontepedriña, su responsable, José Suárez, tiene conocimiento de que, actualmente, el proyecto de instalación de ascensores solo está en marcha en uno de los edificios, situado en la rúa Samos. Según Suárez, “los vecinos ya aportaron el dinero, pero tampoco tienen claro ni cuánto ni cuándo lo van a recibir. Igual te cubre un setenta por ciento de la cuantía”.

En ese aspecto insiste Santiago, que ejerció como responsable de su bloque durante cuatro años. Cuenta la desconfianza existente por las cantidades finales que se ingresarán a los vecinos, así como la preocupación por que todos los propietarios paguen la parte que les corresponde cuando toca: “En mi portal estábamos en reuniones a finales de año para los ascensores y el arreglo del tejado, y no había acuerdo total. Esto fue tras la aprobación del plan de detalle. Ahora, con el covid, se quedó todo paralizado”.