Reabren los albergues públicos con gran reducción de camas y opción de reserva

Son la mitad de los establecimientos de la Xunta repartidos por todas las rutas xacobeas // El resto tendrá que esperar, como el del Monte do Gozo
ECG Redacción
APERTURA Dos caminantes, ayer, en el albergue de O Cebreiro

La estampa de caminantes en Compostela era uno de esos recuerdos guardados en la memoria desde hace meses. Pero las últimas semanas dejan un panorama que recuerda ya a la era precovid, con colas en la oficina de Carretas y con llegada de peregrinos desde todas las partes de España. En este contexto, la Xunta fijó el día de ayer, 15 de junio, como fecha para reabrir la mitad de los albergues de la red pública, especialmente los de aquellas localidades sin oferta suficiente de establecimientos privados. Uno de los que ayer se encontraba todavía en pleno proceso de preparación es el albergue de O Cádavo, en Lugo, en pleno Camino Primitivo. Su propietaria contaba que en situación normal arrancaría la temporada con espacio para acoger a una veintena de caminantes, mientras ayer lo hacía solo con cinco, como marcan las normas de aforo. Todavía con muchas dudas sobre cómo serán las próximas semanas, reconocía sentir cierta desolación tras tantos meses de cierre y sin la opción de dar cobijo a más caminantes.

El sentir es general, como si esta reapertura hubiera supuesto una de cal y otra de arena. Por un lado, las ganas de retomar la actividad son comunes a todos los trabajadores de los albergues, pero ellos mismos reconocen que hay cierta tristeza en el ambiente por ver tantos huecos vacíos y por no poder ofrecer a sus huéspedes todo el abanico de servicios que antes tenían. Carlos Martínez, al frente del Albergue A Cabana, en Friol, tiene operativas 6 de sus 28 camas. Ayer por la mañana todavía no habían entrado demasiadas reservas, las cuales se pueden realizar para el mismo día hasta las 13.00 horas. “Pueden quedarse aunque no reserven siempre que haya sitio. Pero con estas normas y, por ejemplo, en pleno agosto, será complicado encontrar hueco”, explicaba. Para hacernos una idea de las diferencias que viven los alojamientos con respecto a otros años, este hostelero explica que en junio de un año sin pandemia era habitual tener mínimo 15 camas ocupadas por día. Una cifra que será imposible alcanzar esta temporada. Carlos también lamenta que no se puedan utilizar las cocinas en el albergue. “Pero bueno, somos optimistas porque dejamos atrás meses muy tristes. Este albergue está en una zona de aldea, y había que venir a mantenerlo limpio pero veíamos todo vacío. Ahora ya empezamos a ver algún peregrino desde la carretera”, afirmaba consciente de que en su libreta de reservas de este verano habrá muchos más nombres españoles que los que solían ser habituales. “En el Camino del Norte, donde estamos nosotros, había siempre muchísimo tránsito de alemanes y sabemos que esta vez no va a ser posible”, concluía el responsable de A Cabana.

Ayer se retomó la actividad en cuatro de los albergues públicos del Camino del Norte, tres en el Camino Primitivo, dos en el Camino Portugués, diez en la Vía de la Plata, cuatro en el Camino Inglés y cuatro en el Camino Francés. Una de las paradas estrella de esta última ruta es en O Cebreiro. Allí, el albergue de Samos da cuenta de cómo cambia el panorama: con plaza para acoger a más de un centenar de personas, se tendrá que conformar ahora con solo 30 camas. “Ves todo precintado, las camas, y también los baños porque de las 6 duchas solo hay 3 operativas, en el comedor tienes cuatro sillas en vez de 24... Es extraño y algo triste. Aquí en O Cebreiro estoy acostumbrada a estar rodeada de muchísima gente. Ahora tenemos demasiada tranquilidad”, confesaba tras la reapertura Eugenia Vázquez, una de las veteranas del oficio.

Mucho más cerca de la meta, en el albergue de Bandeira, en Silleda, su responsable, Cristina Costa, reconoce que la decisión de no poder utilizar las cocinas es acertada ya que no les obliga a tener que estar pendientes todo el rato de los utensilios que usa cada peregrino y de que se limpien al finalizar. Donde no podrán bajar la guardia es en los baños, que deben someterse a una completa desinfección de forma continua. Una tarea para la que contarán con el mismo personal de siempre. “Nos hemos quedado con 11 camas de las 36 que tenemos, cuando estén en ellas les dejaremos estar sin mascarilla, porque no se mueven, pero si se levantan ya saben que deben ponerla”, incide. Y a cincuenta kilómetros de la capital gallega, el albergue de Lalín tenía ayer también todo preparado para dar la bienvenida a los primeros caminantes del verano: termómetro en la entrada para tomar la temperatura, geles desinfectantes en el mostrador y en las diferentes estancias y libreta nueva para anotar todos los datos de los usuarios. Tal y como contaba su responsable, Fernando Oubel, en su caso hay solo 9 camas disponibles de las 30 habituales, y las literas cuentan con el debido precinto. “Es una situación extraña, algo triste porque no van a estar como siempre...”, se lamentaba este hostelero.

400 LLEGADAS DIARIAS. El pasado lunes llegaron a Compostela 334 caminantes, que sellaron su Compostela en la Oficina del Peregrino. Los datos están en consonancia con los ofrecidos ayer por el vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, que afirmó que las cifras medias de llegadas rondan las 400 diarias. En este contexto, incidió en que el Camino está resurgiendo como lo demuestran los datos con más de 10.700 peregrinos contados desde abril, la mitad de ellos -más de 5.400- por el Camino Francés. Además, solo en la primera mitad de este mes llegaron a Compostela más de 5.300, de los que 2.500 eligieron esta ruta. Rueda señaló ayer desde Sarria que el Camino Francés es la ruta más transitada al concentrar la mitad de los peregrinos, por lo que se está convirtiendo en el motor de la reactivación del Camino. “Es un referente, la ruta que eligen la mayor parte de aquellos que peregrinan por primera vez, y que después repiten por otras rutas”, indicó.

En esta línea, destacó todas las medidas puestas en marcha para tener un Camino Seguro con la adecuación de las rutas o la formación del personal hospitalario y la activación de protocolos sanitarios ante la pandemia. El vicepresidente también expresó que Galicia está preparada para recibir a turistas y peregrinos en un destino seguro y de calidad, y ofrecerles un turismo tranquilo y sin aglomeraciones. Asimismo, en plena polémica por el Plan Turístico Nacional Xacobeo 2021-2022, Rueda criticó la falta de respuesta a las alegaciones de la Xunta, e insistió en que si estas no se tienen en consideración el proyecto del gobierno estatal se quedará en una mera declaración de intenciones. “Si no tiene presupuesto no supone un apoyo económico para todo lo que queremos hacer, especialmente desde Galicia”, lamentó Rueda, quien también reprochó a la ministra de Turismo, Reyes Maroto, la decisión de presentar el plan turístico en Oviedo, y no en Galicia.

Para el 1 de julio está prevista la apertura de los demás albergues, incluido el del Monte do Gozo (Camino Francés) y el nuevo albergue de Vigo (Camino Portugués de la Costa). Los de Sobrado dos Monxes (Camino del Norte) y Oseira (Vía de la Plata) abrirán cuando finalicen las obras que se están llevando a cabo en los edificios, en tanto que los de Arca y Palas de Rei (Camino Francés) cerrarán provisionalmente en breve porque también van a ser objeto de mejoras. En el caso del albergue del Monte do Gozo, los peregrinos no solo podrán disfrutar de las instalaciones renovadas hace solo dos años, sino que se encontrarán un espacio mucho más cuidado y despejado de maleza tras los trabajos llevados a cabo en los últimos meses. También podrá disfrutar del nuevo espacio de restauración, y de la vuelta de conciertos al aire libre.