Renuncian a Triacastela y en riesgo de suspensión Pombal y Concheiros

La subida de costes hace inviable que la firma realice la obra del aparcamiento // Si la guerra se prolonga, se podría paralizar todo el sector por falta de hormigón
Concheiros
Brais Fernández
posible suspensión. Por la falta del material, la empresa de Concheiros podría pedir una suspensión de los trabajos, aunque se ve inmersa en esta situación por faltar de nuevo a su palabra, tras agotarse los 49 días que había pedido. Foto: Antonio Hernández

La invasación rusa en Ucrania está provocando graves consecuencias en la economía mundial, con la escalada de los costes hasta puntos que hacen inviable la actividad de algunos sectores, entre ellos, el de la construcción. Esta circunstancia ha provocado que la empresa adjudicataria del contrato de Triacastela haya renunciado a la obra, ya que no se ve capacitada para arrancar con semejantes pérdidas.

Este proyecto, que tenía por misión adecentar la parcela que los vecinos utilizan para estacionar, tenía que arrancar estos días, pero ya no lo hará, después de que los responsables de la firma hayan trasladado al Concello su desistimiento, si bien el departamento municipal le ha trasladado una propuesta.

En todo caso, de seguir adelante en su idea, como apuntó el edil Javier Fernández en Onda Cero, la concejalía encargaría a la brigada municipal el arreglo provisional del espacio, con una capa de zahorra que mejore el deteriorado aspecto actual.

Esta drástica situación supone un aviso a navegantes, ya que, de seguir la guerra, podría producirse una paralización total de las obras públicas de Santiago, con especial incidencia en el muro de O Pombal y Concheiros. Esto se debe, además de por los costes, por la escasez de hormigón, material indispensable para poder llevar a cabo los trabajos constructivos.

Por ello, el concejal, en declaraciones a EL CORREO, señalaba hace unos días que esperaba una respuesta institucional, a nivel estatal y autonómico, para evitar un bloqueo muy dañino para el devenir de los municipios.

MIEDO A LA PROLONGACIÓN DE LA OBRA INTERMINABLE, DE NUEVO FUERA DE PLAZO. La lentitud con la que se llevó a cabo el contrato de Concheiros, afectado por múltiples prórrogas, provoca que ahora se vea inmersa en esta problemática, una piedra más en el camino de esta obra interminable. Así, los trabajos se encuentran de nuevo fuera de plazo, ya que los 49 días que pidió la compañía para “terminar los últimos detalles”, no aceptados por el Gobierno local, se cumplieron este pasado domingo.

Por ello, el cansancio se ha apoderado del ambiente y el deseo que ya impera es el de que acabe este calvario bien, aunque quedará por ver cuando será. Son ya demasiadas veces que la firma ha faltado a su palabra y esta se suma a esa larga lista, todo ello a pesar de tener un expediente de sanción abierto.

Esa petición de la empresa suponía el último halo de esperanza para el barrio, como quedó patente en la fijación de los Bonos Corazón para el viernes 11 de marzo, pero se ha ido al traste, una vez más, ya que sigue la calle abierta y con varios cometidos por realizar, aunque, eso sí, gracias al los últimos avances ya da menos problemas que antes.

“O certo é que a obra está moi avanzada, agora están a colocar o adoquín na praza, pero aínda quedan os colectores (en formato illas), que subministren o formigón, unhas árbores e o mobiliario urbano”, detalla el concejal Javier Fernández, en declaraciones a EL CORREO GALLEGO.

A comienzos de semana, las previsiones de Raxoi apuntaban a que estuviera todo listo antes de la finalización de la campaña de activación del comercio y de la hostelería de esta zona, prevista para el 31 de mayo. Con todo, la nueva realidad para la construcción pone en tela de juicio esta previsión.