El Camino comienza el verano al 10 % de su ritmo habitual // Con muchas fronteras, como la de EE UU o Brasil, todavía cerradas, la esperanza está en los europeos TEXTO Arturo Reboyras

Solo 200 peregrinos al día en Carretas, cuando en un julio normal serían 2.000

Camino de Santiago
Arturo Reboyras
Asistentes a la presentación de la campaña ‘Respira Hondo’, ayer, en el Hostal. Foto: Angy Álvarez Estévez

La imagen que ofrece estos días la Oficina Internacional de Acogida al Peregrino, en la compostelana rúa de Carretas, es muy distinta a la que presentaría en un mes de julio sin coronavirus. A escasos diez días de la fiesta del Apóstol, las colas deberían dar la vuelta a la esquina en el centro jacobeo; los voluntarios estarían colapsados, las misas en la Catedral, abarrotadas; y el Obradoiro se asemejaría a una torre de Babel, donde se mezclarían culturas, idiomas y personas de todos los rincones del mundo, admiradas por la belleza de la Catedral. En la antesala del Año Santo que apuntaba a ser el mejor de la historia en cuanto a cifras, todo se ha venido abajo por la pandemia del covid-19. Y a Carretas apenas llegan 200 peregrinos al día.

El despertar del Camino está costando más de lo que se esperaba. Si se tienen en cuenta las Compostelas entregadas en jornadas como la del lunes, unas 189, la Ruta se encontraría en este momento al 10 % de su ritmo en circunstancias normales. Por el momento llegan a la meta sobre todo españoles, y empiezan a calzarse las botas los portugueses, que pueden cruzar la frontera desde el uno de julio. La esperanza también reside en la reapertura de las rutas internacionales y nacionales en Lavacolla, que se está realizando de manera desescalonada desde finales de junio. Al igual que en el aeropuerto de Sá Carneiro de Oporto, puerta de entrada de muchos peregrinos, sobre todo de países europeos, que desde la misma terminal se incorporan al Camino Portugués. De hecho, este periódico pudo comprobar como la primera semana de julio ya se contaba con la presencia de caminantes en la terminal lusa.

La Unión Europea (UE) reabrió el pasado uno de julio sus fronteras exteriores, cerradas desde mediados de marzo por la crisis del coronavirus, a quince países considerados “seguros”, entre los que no figuran Estados Unidos, Brasil o Rusia. Precisamente, EE UU es el cuarto país con más presencia en el Camino de Santiago. En 2019, los estadounidenses representaron el 5,94 % de los peregrinos que llegaron a Santiago. En total, fueron 20.652 norteamericanos.

Brasil, en décima posición en el ranquin de países peregrinos, y uno de los que tienen más católicos del mundo, tampoco tiene abiertas las puertas en la UE, por lo que por el momento se perderá este nicho. Italia, Alemania, Portugal, Francia Reino Unido, Corea del Sur, Irlanda, Australia.... En ellos se ponen ahora todas las esperanzas. Son los territorios que más caminantes aportan a las estadísticas. Si bien, la apertura de las fronteras no lo es todo, puesto que hay que ir más allá, y superar el proceso de recuperación de la confianza después de una pandemia que ha dejado un reguero de muertos por todo el mundo.

No obstante, cabe destacar todos los esfuerzos que tanto administraciones públicas como agentes privados están realizando para que la Ruta Jacobea sea un itinerario seguro frente al coronavirus.

“Nuestro objetivo es que los peregrinos que vuelvan a la Ruta Xacobea puedan hacerlo con las mayores garantías de seguridad”, señaló recientemente el conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez. El objetivo es que las cifras mejoren a medida que avanza este año y que el Xacobeo sirva de motor de recuperación. Sin embargo, tal y como ha admitido la propia Iglesia compostelana, las expectativas ya no son las mismas en lo que se refiere a las cifras, como reconocía hace semanas el hasta ahora obispo auxiliar de Santiago, monseñor Fernández, quien confía en que la recuperación de la Ruta sea más rápida que en otros ámbitos.