Fueron unas lecciones “impactantes para un alumnado privilegiado y participativo, consciente de que una experiencia de semejante nivel pocas veces puede disfrutarse”, señala Ramón G. Balado. Ese año, Teresa Berganza venía de ofrecer dos galas en el Auditorio de Galicia; una en febrero de 1990, acompañada por José Antonio Parejo, en la que reservaron para su gala obras de Alejandro Scarlatti, Vivaldi, G.F. Haendel, F.J.Haydn, Rossini, entre otros. En noviembre, otra gala con un programa de pura complacencia, y el mismo pianista, comenzando por Baptista Pergolesi, para seguir con Ferrán Sor, en sus Tre ariette, o Gioacchino Rossini con el primoroso trío La regata Veneciana. De la artista destaca Balado su interpretación “siempre extraordinaria y teñida de una personalidad única”.