... Cuando Alfredo Kraus deleitó con un apreciado repertorio a la audiencia del Auditorio de Galicia

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DISTINCIÓN. Kraus llegó a ser distinguido como Maestro Honoris Causa por su cuidado y atención en el espacio de la docencia. Foto: ECG

Relata Ramón G. Balado que entre las voces de talla incontestable que en el año 1993 pasaron por el Auditorio de Galicia —como Victoria de los Ángeles, el bajo–barítono José van Dam, con el schubertiano Winterreise; la mezzo Marilyn Horne; el bajo Ruggero Raimondi o Josep Carreras— se contó la del tenor Alfredo Kraus, “siempre admirado por la pulcritud de su línea de canto y su comedido criterio en la elección de repertorios”, apunta. Explica que, en su buen oficio, solía confiar el acompañamiento a versados repertoristas, como Edelmiro Arnaltes, “y así pudimos seguirle en su gala”, tratándose del “mismo Kraus que había forjado su temple en representaciones zarzuelísticas como Marina y Doña Francisquita y que le llevará a asumir roles que impregnará de su propio estilo”, citando su Pinkerton de Madame Buttierfly o Rodolfo de La Bohème. “Le asociamos a un sentido planteamiento en las posibilidades del belcanto que le supusieron esa proyección internacional”, subraya el experto, asumiendo “roles a su medida y que se incorporarán como piezas elegidas en recitales y conciertos”.