... Cuando en la estación de Santiago había más de trescientos empleados, entre ellos, los faroleros

te acuerdas de...
Si quieres que tus fotos aparezcan en esta sección envíalas alocal@elcorreogallego.es
Un farolero comprobando el funcionamiento de la señal en la parte trasera del vagón en Santiago. Foto. ACAF

Mucho ha cambiado, y más que lo va a hacer, la estación de ferrocarril de Santiago desde los tiempos en los que se tomó esta fotografía, a mediados del pasado siglo. El trabajador que aparece en la imagen, con la marquesina al fondo, era el farolero, según explica el presidente en España de la Asociación Europea de Ferroviarios (AEC), Carlos Abellán. La labor de este trabajador consistía en controlar el funcionamiento de las lámparas traseras del vagón, que no eran eléctricas, sino de aceite, y servían para indicar la posición, ya que al igual que en los barcos, el color indicaba la derecha y la izquierda. Es uno de los muchos oficios históricos que han ido desapareciendo con el tiempo y la mecanización, como los maleteros que cargaban los bultos más voluminosos y las maletas de los viajeros, los torneros, caldereros, y toda clase de personal para llevar a cabo las reparaciones de los convoyes, o incluso para segregar o añadirle vagones según las necesidades. “Cando eu cheguei a Santiago, nos anos setenta, a plantilla da estación sumaba máis de trescentas persoas”, recuerda Abellán.