Un piso aguanta de media solo una semana en el mercado de alquiler

Su escasez provoca que vuelen en un escaso margen de tiempo, pese al incremento de un quince por ciento en su precio // La regulación de las VUT ha provocado un ligero aumento de la oferta
Alquiler tradicional vs vacacional
Brais Fernández
gran demanda. Una inmobiliaria compostelana anuncia el alquiler de pisos para estudiantes. Foto: Fernando Blanco

Conseguir un piso de alquiler de larga duración en Santiago de Compostela es una tarea de lo más complicada, tal y como se ha remarcado en anteriores ocasiones. La escasa oferta y la alta demanda provocan una carencia sin igual de estos inmuebles, lo que ha repercutido en un aumento de los precios y un empeoramiento de las calidades. Dentro de esta situación, Agalin, a través de su red de inmobiliarias, ha puesto el foco en lo rápido que vuelan estos arrendamientos: siete días de media.

De este modo, en tan sólo una semana, el arrendador publica su oferta y consigue un interesado, en la mayoría de ocasiones varios, para cerrar un acuerdo. Todo ello conlleva, como ya se adelantó en EL CORREO GALLEGO, a que se realicen entrevistas personales o que se convierta esta operación en una especie de subasta, con posibles inquilinos esperando por orden de fila a las puertas del edificio y llevándoselo el mejor postor, o el más rápido.

Esta grave crisis, sin embargo, a tenor de los resultados del barómetro de Agalin en el último trimestre, ha encontrado un respiro con la nueva regulación de las Viviendas de Uso Turístico. A tenor de la información proporcionada por el ente, cerca de un treinta por ciento de sus asociados de Compostela han afirmado que, con el escenario actual, “la oferta de inmuebles disponibles en alquiler de larga duración ha aumentado”, un porcentaje que se incrementa respecto al periodo anterior.

En este sentido, señalan que con el cambio de posición normativa, entre veintidós y veintiocho pisos “cuyo origen y anterior uso vienen detectados del segmento VUT” fueron incorporados al mercado en estos tres meses, lo que supone, en su estadística, “un 21 % más de inmuebles ofertados en toda la ciudad”. Ese citado y reseñable incremento tuvo lugar, citan, en el casco histórico y en el Ensanche.

En ese cambio de tendencia detectado, el incremento de los precios, que ronda el quince por ciento en toda Galicia, fue ligeramente inferior en Santiago, una desaceleración que también vino afectada por la subida previa en la capital gallega. En todo caso, todo lo que sea frenar la escalada sin control en los valores, es positivo para los compostelanos. Por ello, aunque “todavía se está lejos de lograr una disminución en los precios”, desde Agalin valoran “muy positivamente” el freno detectado en este trimestre.

Teniendo en cuenta este aspecto, los valores medios de alquiler mensual han oscilado entre los 400 y los 600 euros, de forma mayoritaria, aunque en muchos casos se trataban de propiedades que estaban más baratas el año o los meses anteriores.

PICO EN LA DEMANDA. En lo que respecta a los alquileres de larga duración, este último trimestre se vivió un pico al alza en la demanda de la ciudad, basado principalmente en la necesidad de los estudiantes para encontrar un piso.

Este fenómeno tradicional ha provocado un aumento considerable respecto al trimestre anterior, lo cual entra dentro de lo normal, pero sí que también supuso un incremento respecto al mismo periodo del curso anterior, por lo que se aprecia una mayor llegada de universitarios.

Por su parte, en lo que respecta a la compra-venta, esta se ha estacando en este último marco temporal, según las agencias inmobiliarias, tanto en la demanda como en los precios, los cuales incluso han bajado ligeramente. Así, el inmueble tipo al que dieron salida se caracteriza por tener dos o tres habitaciones, entre cincuenta y cien metros cuadrados y un coste de 150.000 euros. Además, los mayores interesados son matrimonios que rondan entre 35 y 40 años.

A mayores, cuestionados por el panorama futuro, los asociados del ente entienden que el mercado seguirá con la tendencia actual y que el escenario será peor al vivido hasta ahora, especialmente, a partir de 2023. En todo caso, valoran como buenas las medidas adoptadas por el IGVS.