Casa Patas, primero de los tablaos que cierra ante la falta de guiris

Los turistas extranjeros son el 75 % de su público, lo que hace “inviable” reabrir
El Correo Gallego
Interior de la sala de Casa Patas, taberna restaurante y tablao flamenco en Madrid.efoto. Foto: Efe/Javier Liaño/Archivo

Madrid. La primera actuación en Madrid de Rosalía, para la que se vendieron 30 entradas, fue en Casa Patas, el céntrico tablao que ha decidido hacer un paréntesis en sus 32 años de flamenco ante la falta de guiris, su público fundamental, y para evitar “el precipicio” de un concurso de acreedores.

Los turistas extranjeros son el 75 % de su público, lo que hace “completamente inviable” reabrir sus puertas aunque lo permita la fase 2 de desescalada tras la pandemia del coronavirus, en la que Madrid podría entrar el 8 de junio, explica a Efe Martín Guerrero, director de Casa Patas, uno de los cerca de veinte tablaos que hay en la capital.

Harán “un cierre ordenado” en vez de dejarse caer “por el precipicio del concurso de acreedores”, y evitarán así que sus 24 empleados, ahora en un ERTE, se vayan al paro sin indemnización: “Quedarían muy desasistidos; vamos a pagar a todos los trabajadores, proveedores y empresas”, afirma.

Para hacerlo, la empresa “tendrá que endeudarse” porque ya ha agotado las reservas, más de 200.000 euros: “Reabrir ahora sería como estar nadando en una tormenta que va a durar lo suficiente como para que te acabes ahogando”, compara.

“Es una catástrofe, pero no soy ‘el malvado’ que lo cierra. El cierre ordenado nos permite dejar ahí lo esencial. Ha provocado el estupor de mucha gente pero ahora carecería de lógica abrir. Me ofrecen hacer ‘crowdfunding’ pero la manera de luchar es cerrar y cuando vuelva a ser viable, entonces sí hacer un esfuerzo”, detalla.

Conservarán el local, propiedad de la empresa, y mantendrán todo “tal y como está a la espera de tiempos mejores”: “Quizá dentro de un año o año y medio podamos reabrir”, desea.

A pesar de que Casa Patas tiene un importante negocio dedicado también al público nacional, a las empresas y eventos de fin de semana, su “corazón” son los extranjeros que ahora, “y seguramente durante muchos meses”, no podrán “o querrán” viajar a España.

“Ninguna infraestructura privada de flamenco con finalidad comercial existiría sin ese guiri que algunos parecen despreciar tanto”, asegura Guerrero, hijo del fundador del espacio. c. barrigós