“Es necesario un censo de creativos y ayudarnos”

Entrevista
Irene Jiménez
El escritor y periodista Manuel Guisande con su último libro. Foto: ECG

El escritor y periodista Manuel Guisande afirma que, con la pandemia, muchos creativos lo están pasando mal “porque de nuestro trabajo, salvo tres o cuatro, no se vive, sino que subsistimos de charlas, talleres, conferencias, pero con la pandemia nadie se acuerda de nosotros”.

El autor de ¿Cómo somos los gallegos? depende, entre otros diez libros publicados, afirma que las instituciones, tanto privadas como públicas, deberían ayudar a aquellos "que con nuestro trabajo intentamos haces felices a los demás".

Mal momento para los creativos, ¿no?

Digamos que nunca hubo un buen momento, pero la pandemia está afectando a todos: escultores, pintores, bailarines, actores, cineastas... todos nos vemos perjudicados.

Por ejemplo

Pues no nos contratan para talleres, conferencias en universidades y tampoco podemos presenta nuestras obras en las librerías. Lo mismo les ocurre a los pintores, a los escultores... A todos.

¿Y qué solución le ve?

En otros países, las instituciones tienen un censo de creativos y siempre echan una mano, y más en casos excepcionales como este.

Sería como vivir subvencionado No, no se trata de vivir subvencionado, porque no creo que ningún creativo busque eso; sino una mínima ayuda para ir tirando y, después, que cada uno se busque la vida.

Pero el problema es saber quién es creativo

No crea; en otros países establecen una especie de baremo como puede ser libros publicados, exposiciones realizadas, películas en las que has actuado... es sencillo.

Habrá quien piense que si un pintor no vende sus obras o un escritor sus libros, pues que allá él, que se dedique a otra cosa.

La cultura últimamente ya no es cultura, es un negocio; una persona con dinero invierte en ti cien mil euros para obtener doscientos mil. Así funciona esto. La cultura empieza, cada vez más, a estar en manos de depredadores “intelectuales”, de gente que se gasta un pastón en publicidad y, como la gente ya solo compra lo que se publicita... pues así están la cosa.

Un gran problema cultural

Pues sí. Piense que cualquier libro medianamente bueno, no digo ya bueno, sino normal, si detrás hay una gran editorial es un éxito, con lo cual si no se ayuda los escritores en general, la cultura estaría orientada por esas grandes editoriales, que publicarían lo que les interesa o a quien hay detrás de ellas; es decir una cultura dirigida.

¿Y las editoriales?

Qué quiere que le diga, al autor le dan un 10 % por libro vendido; es decir, si un libro cuesta 15 euros, el escritor se lleva 1,5; por eso somos cada vez más los escritores que, hartos de que las editoriales nos desangren, hemos decidido autoeditarnos.

Poca salida ¿no?

Depende. Todos sabemos que hay creativos vendidos a partidos políticos que reciben ayudas por su influencia en su entorno o cuando los entrevistan para que voten lo que él, de forma sibilina, dice que es lo mejor; pero claro, eso tiene un coste personal.

¿Y usted?

Para mí todos los partidos tienen algo bueno y malo, incluso los más extremistas, siempre hay que buscar lo positivo y escuchar a todos; pero no me posiciono en debates de un lado u otro, que más que creativos, en este caso periodistas, son voceros de formaciones políticas y, supongo, que bien pagados. Vamos, que de periodistas, como yo entiendo el periodismo, nada de nada, bastante penosos estos personajes.

¿Estuvo en algún debate, así?

Sí, en varios, el último en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

¿Y qué pasó?

Pues que como pensaba distinto a los organizadores, no me volvieron a invitar. En este país solo es libre los que son “ex”: el exdirector, excoronel, expolítico, pero cuando están en sus puestos, callados como... ya sabe.

Usted que siempre escribe humor, ¿le veo muy crítico?

¡Que va rapaciña! Crítico es aquel que le busca punta a todas las cosas y en plan mal; yo me siento más tipo quirófano, asepsia total, solamente le cuento lo que veo que sucede, nada más.

¿Tiene algo de bueno la pandemia, en el aspecto creativo, me refiero?

No, porque crear es una actitud ante la vida y cuando ves a la gente triste, que está afectando cada vez más a la sociedad, y también a ti, lo único que puedes hacer, en mi caso, es corregir libros que tengo escritos, pero crear... no tienes muchas ganas, y menos si es humor.

Pero habrá momentos...

Sí, lógicamente hay momentos en los que te entra un punto y escribes como si no pasara nada, pero no es como antes, que vivías las 24 horas con el punto.

Pues cuando tenga ese punto...

Es lo que hago, publico en mi blog Al fondo a la derecha, y ahora escribo biografías por encargo, de gente normal de la calle, y es una tarea muy entretenida; pensaba que era un rollazo, pero no, te das cuenta que hay vidas sencillas que realmente son apasionantes.

¿Qué conclusión saca de la pandemia?

Que interesa más la economía que la salud de la gente; es decir, para ser más claros, que unos se sigan forrando mientras otros mueren para que esos se sigan forrando.

¿Cómo ve el futuro de este país?

España siempre fue un parque temático, con sol, playa, diversión y buen comer; con el virus se acabó todo esto, el parque está vacío, y para que los empleados no se coman los hierros o las maderas de las instalaciones, a los dueños del parque no les ha quedado más remedio que dar unas migajas para que subsistan. ¿El futuro?, que las migajas no llegan mientras otros comen bocadillos.

¿Se vacunaría?

Sí, claro, hay que vacunarse; pero hoy por hoy, una laconada me vendría mejor, salvo que la vacuna, como efecto secundario, que no se sabe exactamente cuáles son, te alimente.

Una curiosidad personal ¿hay algunas palabras que odia?

Sí, dos; “grajeas”, que me da así como punto de una enfermedad bucal de mal olor e incurable, y la preposición “como”, porque no hay cosa peor que decirle a un escritor “como”, porque siempre pasa hambre.

¿Y usted ha pasado hambre alguna vez?

Hasta ayer, no, pero mañana... De todos modos el pan es barato.

No le falta humor.

Ni amor, que es lo más importante en esta vida.

Otra curiosidad, ¿por qué se dedican a escribir, pintar... si es tan dura esa vida?

Pues, mire, solo hay una vida y prefiero tomar mortadela siendo feliz, que langosta amargado.