Europa reivindica la labor de las científicas con #nomoreMatildas

Busca luchar contra la injusticia sistemática de haber invisibilizado su trabajo durante décadas
Igualdad
Luis Montero
Una investigadora del CSIC impartiendo el taller de divulgación ‘Descubriendo la luz’. Foto: CSIC

Es probable que si Albert Einstein hubiera nacido mujer, hoy apenas nos sonaría su apellido porque los méritos de sus estudios se los habría llevado un hombre, es el efecto Matilda, el nombre que designa la injusticia sistemática cometida contra las científicas que durante décadas han visto invisibilizado su trabajo solo por ser mujer.

A lo largo de la historia, han sido muchas las investigadoras que han visto cómo sus descubrimientos eran merecedores de un Premio Nobel que se otorgaba a un hombre: Nettie Stevens, descubridora de los cromosomas sexuales; Rosalind Frankin, descubridora de la estructura de doble hélice del ADN, o Lise Meitner, experta en radiactividad y física nuclear, entre otras.

Pero la consecuencia directa de silenciar el trabajo de estas mujeres tiene efectos para las niñas de las generaciones futuras que crecen y se educan sin referentes femeninos en los libros de texto o en los de historia, informa Efe.

Para acabar con esta injusticia, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) ha desarrollado la campaña #NoMoreMatildas, que pretende recuperar las referencias al trabajo de las científicas en los libros de texto escolares para despertar la vocación científica en las niñas y contrarrestar los estereotipos que desde pequeñas les hacen creer que son menos inteligentes o válidas para la ciencia que los chicos.

La campaña se presentó ayer en la oficina del Parlamento Europeo de Madrid, un acto al que asistió la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y los ministros de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, y de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, además de varias eurodiputadas y los creadores de la campaña, desarrollada de manera altruista.

“Son miles de referentes hurtados a las niñas y que han estado ausentes de los libros de texto, pero que hoy pueden volver a inspirar a las niñas”, aseguró Celaá.

“Las mujeres hemos sido pioneras en muchas cosas pero siempre se nos ha vetado porque la historia la han escrito los hombres”, una injusticia a la que hay que poner fin “democrática y progresivamente” con la educación, lo más poderoso para cambiar la sociedad, acabar con la brecha de género y aprovechar el talento, subrayó.

Recordó que el porcentaje de mujeres en carreras científicas se reduce al 28,5 %, cifra que baja al 12 en grados como informática; mientras que en formación profesional su presencia en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es aún más grave, con un 9 % de mujeres en la especialidad de mecánica y 4 en electrónica.

Pero lo más grave -advirtió- no es la evidente pérdida de talento humano, sino que en el futuro los empleos de las áreas STEM serán los mejor remunerados y si no cambia, las mujeres serán las más perjudicadas por la exclusión.

Duque valoró la importancia de esta iniciativa porque, aunque en los últimos años ha habido avances en igualdad, “queda mucho por hacer”, mientras que Calvo destacó que la campaña servirá para que “todas las Matildas sean visibles y animen a las más pequeñas de la sociedad a ser lo que quieran, y a contribuir a que la sociedad deje de crear estereotipos en dirección contraria”.

Desde AMIT, la catedrática Carmen Fenoll dijo que “es hora de pasar a la acción” y de que las instituciones y gobiernos comprometan fondos para combatir los estereotipos”.