Falsos mitos y verdades que nacen sobre la realidad de la testosterona

Existen algunas imprecisiones sobre esta hormona sexual, que interviene en muchas de las funciones del cuerpo humano tanto masculino como femenino
Paula González
Los ejercicios de fuerza están recomendados para equilibrar niveles hormonales. Foto: Pexels

La testosterona es una hormona esteroidea sexual del grupo de los andrógenos. Es producida principalmente por los testículos en los hombres, siendo la principal hormona sexual masculina. De esta depende el desarrollo de las características masculinas como el crecimiento del vello facial, púbico y corporal, el desarrollo de los testículos y la próstata, así como el incremento de la masa muscular. Además, es importante en la producción de espermatozoides y también ayuda a mantener la libido sexual.

El equipo de médicos de Melio, plataforma online de análisis de sangre, identifica los diez mitos más populares sobre la testosterona y ayuda a comprender cuál es la realidad sobre dicha hormona.

Virilidad. En la actualidad, son muchos los hombres que buscan aumentar su masa muscular o su función sexual mediante terapias con testosterona. Sin embargo, pese a que esta hormona es esencial en el desarrollo de la virilidad y masa muscular, si no existe un déficit, su administración no produce estos efectos e incluso puede llegar a ser perjudicial para la salud.

Por otra parte, es necesario tener en cuenta que a diferencia de la creencia popular, la testosterona también es importante en las mujeres, siendo los ovarios los principales responsables de su producción. Es cierto que los niveles de testosterona son mucho mayores en hombres, pero no solo afecta a la función reproductiva masculina, también es esencial para la salud de los huesos y el cerebro. La atención, la memoria y la habilidad espacial son funciones cognitivas afectadas por la testosterona. Además, numerosos estudios confirman la importancia de la ella en el deseo sexual de las mujeres, de ahí que la terapia con testosterona se esté empleando en algunos casos de mujeres menopáusicas.

EDAD Y carga hormonal. Los niveles en sangre de testosterona en hombres experimentan una disminución gradual a medida que aumenta la edad, especialmente a partir de los 40 años, y continúan decreciendo a una tasa promedio del 1,6 % por año. La reducción de estos niveles puede no llegar a ser patológica, sino que forma parte del envejecimiento natural o andropausia, manteniendo puntuaciones dentro de los rangos normales.

Sin embargo, la disminución puede llegar hasta niveles patológicos y, cuando se combina con el descenso de otras hormonas y aparición de síntomas clínicos, afecta notablemente a la calidad de vida del varón, y es lo que se denomina como hipogonadismo de inicio tardío (HIT).

Los datos epidemiológicos sobre el número de hombres que padecen esta afección, así como la edad de inicio, no están claros. Sin embargo, se sabe que la prevalencia del HIT es mucho mayor en pacientes con diabetes, obesidad, hipertensión o con disfunción eréctil. En estos casos existen dudas en cuanto a su clasificación como un hipogonadismo secundario (donde los niveles de testosterona podrían recuperarse al controlar la causa de dicha disminución) o un síndrome de HIT agravado por la enfermedad concomitante.

área de afección. Los síntomas asociados a la disminución de testosterona son de dos tipos. En el primero se incluyen aquellos relacionados con el área genitosexual, como la disminución de la actividad sexual, la libido, la calidad seminal, la fertilidad o la capacidad de presentar un orgasmo, entre otros. En el segundo, el resto de los síntomas, engloban una disminución de la masa y fuerza muscular, de la memoria y función cognitiva, además de un aumento de grasa, sensibilidad reducida a la insulina, tolerancia alterada a la glucosa, triglicéridos y colesterol elevados.