La pandemia perjudicó la salud cardiovascular con corazones muy dañados

Por miedo al covid-19 fueron muchos los que pasaron el infarto en casa o acudieron al hospital con un episodio muy avanzado
Salud
Adrián Cadavid
Cirujanos realizando una operación en quirófano. Foto: ECG

La crisis sanitaria provocada por el Covid-19, sobre todo en los momentos más duros del confinamiento, retrajo unos diez años la salud cardiovascular y se vieron corazones “terriblemente dañados”, con infartos que no se observaban desde hacía tres décadas.

Así se puso de manifiesto durante el encuentro organizado por Quirónsalud para abordar los últimos avances en salud cardiovascular, en el que el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Julián Pérez-Villacastín, recordó que las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte y una de las causas más importantes de necesidades de atención sanitaria.

En este sentido destacó que el covid, además de afectar al músculo del corazón igual que afecta a los vasos sanguíneos o al sistema nervioso, también tuvo un impacto brutal en la organización sanitaria, lo que debe enseñarnos a “ser capaces de adaptar los hospitales de una forma más flexible a circunstancias que, hoy por hoy, podrían parecer extraordinarias pero que, como el covid, nos han puesto a prueba”.

La jefa de Cardiología de Quirónsalud València, Catheline Lauwers, explicó que en 2020 hubo un 45 % menos de cateterismos y los pacientes “ni siquiera acudían al hospital”, prácticamente “pasaban el infarto en casa, es decir, o morían en casa o acudían con infartos muy evolucionados” pues en este tiempo, “hemos visto corazones terriblemente dañados, con infartos de hace 30 años”, ha resaltado.

El jefe de servicio de Cardiología de Quirónsalud Alicante, Luis González, destacó que la gente “llegaba demasiado tarde por miedo a contagiarse”, a lo que hay que sumar que el propio virus tiene su efecto cardiovascular y/o desencadena patologías “o hace que algo que está subyacente también salga a la luz”.

En este sentido, el responsable de Cardiología de Quirónsalud Torrevieja, Rafael Florenciano, apuntó que “hemos visto personas que estaban sanas a las que el COVID provocó una serie de consecuencias, a veces importantes”, como pueden ser infartos o arritmias.

“Nos ha llamado mucho la atención la aparición de arritmias en este tipo de paciente joven, no sabemos si asociadas a que no tenían oxígeno suficiente o a que el propio virus facilitaba eso”, indicó Florenciano, quien añadió que también “hemos tenido trombosis a varios niveles, cosa que no es muy frecuente”.

En cualquier caso, en opinión de González, la pandemia también supuso un impulso a la telemedicina en cardiología. “Nos ha hecho reinventarnos”, señaló y, en el caso de los dispositivos como marcapasos o desfibriladores se potenció la monitorización remota, es decir, el seguimiento domiciliario con monitores que registran las actividades de los pacientes en sus respectivas casas.

Sobre este aspecto de la monitorización, Pérez-Villacastín dijo que “ha sido una gran ventaja”, porque “si esto mismo llega a suceder hace 15 años, las cosas habrían sido completamente diferentes”.

La doctora Marta Lavirgen Labrador, especialista en Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud San José, habló sobre la enfermedad arterial periférica crónica en la sociedad española.

“Cuando una persona se ve obligada a detener la marcha periódicamente al experimentar un dolor en la pantorrilla que cede tras unos minutos de reposo, es víctima de la claudicación intermitente, el síntoma más frecuente de la enfermedad arterial periférica, también conocida como ‘enfermedad de los escaparates’, pues quienes la padecen se ven en la necesidad de parar ”, señala la experta.

Lavirgen, comenta que hay diferencias entre aquellos individuos que presentan dolor cuando caminan más de 150 metros de aquellos que presentan molestia a menor distancia pues cuentan con peor diagnóstico. “Si evoluciona la enfermedad, el dolor puede ser continuo sin necesidad de realizar ejercicio o incluso pueden aparecer lesiones en los pies y piernas. En estos casos, el riesgo de amputación o de morir por otras causas es muy alto”, subraya la doctora.