Los menores de familias pobres valoran negativamente su salud

Presentan una mayor incidencia de alergias, asma o trastornos de conducta // La pandemia ha empeorado más la calidad de vida de los niños con pocos recursos
Salud
Ramón González
La situación social, económica y el género determinan la salud física y mental de los niños

Los niños y niñas de las familias más empobrecidas de España valoran más negativamente su estado de salud (10,5 %) frente a los de clases sociales altas (3,9 %), con una mayor incidencia de alergias, asma, trastornos de conducta y mentales, según alerta un informe de la Fundación Pere Tarrés.

La pandemia de la covid-19, además, supuso más horas ante las pantallas de móviles y ordenadores, menos ejercicio físico (un 20 % no ha hecho ninguno durante el confinamiento), así como un consumo insuficiente de verdura y fruta, lo que repercutirá, con probabilidad, en los niños de clases sociales más pobres, que tienen un mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.

“En definitiva, la covid-19 ha empeorado aún más las desigualdades en la salud de los niños españoles”, se considera en el informe, que presentó ayer de forma telemática la investigadora Rosalina Alcalde, jefa de Metodología y Estudios de la Fundació Pere Tarrés.

El informe, titulado Infancia y salud en Cataluña y España, constata que la situación social, económica y el género determinan claramente la salud física y mental de los niños españoles y evidencia que la clase social afecta aspectos como la salud mental y bucodental, la calidad de la dieta, los índices de obesidad e incluso la práctica de la actividad física en tiempo de ocio.

Este estudio se presentó ayer en el marco de la 72 edición del Fórum Pere Tarrés, dentro de los actos conmemorativos del Día Universal de los Derechos de los Derechos de los Niños, que se celebra el próximo día 20.

El encuentro contó con la participación del doctor Juan José García, jefe del Área de Pediatría del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, que disertó sobre Salud, infancia y vulnerabilidad.

García se mostró partidario de “ajustar” los currículos escolares en España dada la gran cantidad de días que no han tenido colegio los escolares y recordó que informes elaborados a raíz de un terremoto que se produjo en 2005 en Cachemira evidenciaron que unos 70 días de cierre escolar produjeron dos años de retraso en el aprendizaje.

ESTIGMACIÓN. También deploró que se haya estigmatizado a los menores al llamarles, en ocasiones, ‘vectores’ de transmisión del virus, “como si fuesen mosquitos o murciélagos, cuando son personas que también se pueden contagiar”.

Aunque el estudio de la Fundación Pere Tarrés se cerró antes de la llegada de la covid-19, Alcalde indicó que las tendencias que se apuntaban en el mismo confirman los datos que se han ido recogiendo hasta ahora, y que evidencian los efectos sociales “devastadores” que se prevé que tendrá la pandemia, y que las situaciones de desigualdad y vulnerabilidad de los niños en cuanto a su salud empeorarán, previsiblemente.

A su juicio, se ha dado una “perversa Ley de Murphy, y lo que podía empeorar ha empeorado con la llegada de la covid”.