Menos luz y ruido: un ‘super’ más accesible para personas con autismo

TEA
EFE
Supermercado de la cadena Carrefour. Foto: E. Press

Madrid. Parece que el supermercado va a cerrar, pero no. La iluminación y el sonido se apagaron poco a poco, la luz que entra lo hace por la claraboya y las máquinas de limpieza dejaron de trabajar para estar, durante una hora, en silencio; un gesto determinante para las personas con autismo pero imperceptible para los demás.

Desde ayer, los hipermercados Carrefour han puesto en marcha entre las dos y las tres la iniciativa La hora silenciosa, que hará que luces y sonidos disminuyan sus niveles hasta el mínimo legal para adaptarse a las necesidades de las personas con autismo e hipersensibilidad sensorial.

“Las personas juzgan porque ven a tu hijo enrabietado, y lo que no saben es que algún ruido les ha molestado”, explicó Carolina, madre de un niño de diez años con autismo para la que ir a hacer la compra con su hijo es una actividad “imprevisible”. A veces, cuenta, no hay problema, pero otros días “cualquier ruido” le puede generar estrés y agobio.

Un alto porcentaje de personas con algún Trastorno del Espectro Autista (TEA) presenta alteraciones en el procesamiento de los estímulos sensoriales, por ello para estas familias adecuar la luz y los sonidos de determinados entornos es una tarea esencial para hacerlos más accesibles.

Decirle a su hijo “toma la lista de la compra y vamos al supermercado” es un paso que, para las familias de hijos con autismo, contribuye a que “el día de mañana, cuando llegue a adulto sea lo más independiente posible”, comentó esta madre.

Uno de cada cien niños sufren algún trastorno del espectro autista, y para Jesús García Lorente, representante de la confederación de Autismo España, estos datos muestran un “enorme” aumento de la prevalencia ya que en 1975 se situaba en uno de cada cinco mil. “Cada tres horas nace una persona con autismo”, subrayó García.

El camino que está recorriendo ahora Carolina es el que ya pasó hace varios años Olga, madre también de un joven de 18 años con autismo. Esta última sabe por experiencia la necesidad de involucrar lo máximo posible en el día a día a las personas con autismo desde que son pequeñas: “Intentas llevarlo a todos los sitios aunque le cueste, para que se vaya adaptando”, destacó.

Si al principio parecía que el supermercado fuese a estar a punto de cerrar, tras un rato, el ojo y el oído se acostumbran ya a una intensidad más baja de luz y sonido y los compradores que entraron no notaron la diferencia.

“Pagar la terapia para nuestros hijos es como pagar una hipoteca”, confiesa Carolina mientras Olga confirma con la cabeza. Si se les pregunta sobre qué más lugares sería necesario adaptar, las dos huyen con la mirada de una lista que se les hace demasiado larga, aunque ambas coinciden en destacar el colegio.

A partir de mañana esa hora silenciosa se instalará en todos los hipermercados Carrefour y, desde el mes de septiembre, se pondrá en marcha también en los supermercados de la entidad. EFE