“Modernizar la Administración no es el santo grial: hay que gestionar el cambio”

Carmen Escariz

Acaba de publicar una obra colectiva sobre la gestión de los Fondos Next Generation. ¿Cómo aborda estos fondos de los que tanto se está hablando?

Efectivamente, de la mano de la editorial Wolters Kluwer acaba de publicarse La gestión de los Fondos Next Generation, una obra colectiva en la que he tenido la oportunidad de dirigir a reconocidos expertos, tanto del ámbito académico como de gestión, en el que se abordan las claves para asumir los retos que presentan.

En esta publicación analizamos la norma que se aprobó a finales del 2020, norma muy controvertida por otra parte, y cuyo objeto es precisamente la modernización de la Administración pública para una mejor captación, absorción y ejecución de los fondos, y cómo desarrollar un marco de relación con el sector privado, pero también cómo abordar las reformas estructurales necesarias para la recuperación.

¿Qué papel juegan en la recuperación de la situación generada por el COVID-19?

El Mecanismo europeo de Recuperación se ha previsto como una herramienta que contribuya no solo a paliar los efectos de la crisis sanitaria, social y económica que se ha producido como consecuencia de la pandemia, sino a transformar el modelo.

Y para ello España cuenta con una asignación inicial de 140.000 millones de euros, con los que debe responder a unos objetivos de reforma estructural, no simplemente a pequeños cambios, se trata de invertir, no de gastar, se trata de una oportunidad que hay que valorar en toda su dimensión y que exige el compromiso conjunto del sector público y el sector privado, del conjunto de la sociedad.

¿Qué papel corresponde al sector público en su gestión?

Esa grave crisis sanitaria de orden mundial y al severo impacto a nivel social y a nivel económico que le ha seguido y cuya crudeza comienza a visibilizarse, requiere de una rápida y sólida intervención por parte de las instituciones públicas. Y esa intervención se canalizará principalmente a través de los fondos europeos, cuestión distinta es cómo se utilizan, no debemos olvidar que se exige realizar acciones de carácter estructural.

Toca optimizar los modelos de gestión, aprovechar la ocasión y abordar cualquier proceso de reforma, simplificación y agilización de las cargas administrativas que pueden lastrar el proceso de recuperación, para generar el movimiento necesario que permita, al fin, alcanzar la modernización todavía pendiente desde los tiempos de la Comisión de Reforma de las Administraciones Públicas, de la CORA.

¿Y cómo afectarán al sector privado?, ¿facilitará la recuperación de los sectores más afectados por la crisis?

Creo que no se puede separar de lo anterior, la acción de las administraciones públicas debe pasar también por apostar por el refuerzo del modelo productivo, promover el desarrollo de la actividad económica y generar empleo de calidad. Para ello, en la decisión de los proyectos tractores se cuenta, por primera vez, de un modo claro con canales de comunicación y colaboración para su definición y decisión, como lo demuestra la cascada de manifestaciones de interés que están publicando los distintos ministerios. Se ha creado una nueva figura, los Perte, los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica.

Esta tarea está claramente dirigida a la recuperación, a proyectos país, a encontrar una oportunidad en esta terrible situación. Así lo declara la propia norma cuando se plantea como objetivos, impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo, recuperar y reparar los daños de la crisis ocasionada por la pandemia del SARS-CoV-2, y promover un proceso de transformación estructural mediante el impulso de la inversión pública y privada y el apoyo al tejido productivo, la aceleración de la doble transición ecológica y digital, y el refuerzo y aumento de la resiliencia y de la cohesión económica, social y territorial en el marco del mercado único europeo.

¿Cuáles son las claves en la reforma legal que aborda el manual recién publicado?

En el manual se exploran las posibilidades que ofrece el nuevo marco legal y cómo optimizar los modelos de gestión, cómo aprovechar la ocasión y abordar el necesario proceso de reforma, simplificación y agilización de las cargas administrativas que pueden lastrar el proceso de recuperación. De un modo muy destacado, se modifican las normas relativas a la contratación, subvenciones y gestión financiera y presupuestaria. Precisamente, la flexibilización de los controles en estas materias ha sido objeto de críticas en el Dictamen del Consejo de Estado, por los riesgos que pueden representar en materia de transparencia e integridad, que se analizan específicamente en el manual desde la óptica de las nuevas tecnologías y la utilización de la inteligencia artificial para aplicar mejores controles.

¿Qué estrategia se está siguiendo en España para ese cambio de modelo?

En los últimos tiempos en España se han ido aprobando distintas líneas de planificación, comenzando por el Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia, conocido como España Puede, en los que se pueden ir viendo las pistas. En el mismo se recogen 4 directrices claras, transición ecológica y digital, igualdad de género y cohesión social y territorial y las 10 políticas palanca que orientarán la acción de gobierno en este marco. Pero todavía es necesario esperar a conocer el contenido concreto del documento que se apruebe por el gobierno para su envío a Bruselas en el mes de abril, a partir del cual podremos conocer mejor la estrategia a seguir.

Esta obra se suma a su ya considerable trayectoria editorial, en la que destacan algunas publicaciones sobre transparencia y administración electrónica, ¿estos retos ya se han asumido?

Tanto en materia de transparencia como de administración electrónica se han ido aprobando distintas normas que ya deberían estar plenamente implantadas. De hecho, dos de las obras que han tenido mayor impacto están destinadas a la implantación de la administración electrónica, un reto que todavía tiene ámbitos de mejora. De hecho, la propia Comisión Europea ha fijado que la transición digital, junto con la transición ecológica, constituyen dos de los pilares clave del mecanismo de recuperación, hasta el punto de comprometer específicamente el destino de una parte de los fondos Next Generation.

En dicha línea, en España se ha aprobado hace poco el Plan de Digitalización de las Administraciones Públicas y el Plan Nacional de Competencias Digitales, es necesario abordar de un modo inaplazable el despliegue digital no solo en el ámbito público, sino apoyar también al privado. Aprobados los planes, toca ahora ejecutarlos y medir sus resultados.

Si los objetivos de los fondos exigen abordar cambios estructurales, ¿se modernizará al fin la Administración?

Cuellos de botella y obstáculos administrativos. De ese modo se refiere la exposición de motivos de la norma al funcionamiento actual de la Administración pública. No nos lo podemos permitir. Burocracia innecesaria, la digitalización que no llega y un exceso de cargas administrativas para el ejercicio de actividades económicas, para crear riqueza, así ve una parte importante de la ciudadanía a la administración.

Llevamos muchos, demasiados, años hablando de “modernizar la Administración”, como si fuera el santo grial. Creo que ya es hora de tener un planteamiento serio, riguroso, de transformación de la administración, gestionando el cambio que ya ha llegado al resto de la sociedad, pero que algunos sectores de la administración observan impasibles. La clara vinculación de los fondos europeos con la transición digital debería ser, al fin, la palanca que consiga activar dicha transformación.