¿Quién silenció a Victoriano García Martí?

Luis Negro Marco

¿Qué le llevó a estudiar la figura del ilustre (y desgraciadamente también olvidado) pobrense Victoriano García Martí?

Llegué a Victoriano García Martí a través del filósofo Henri Bergson. En ese momento estaba investigando su huella en España. El nombre de García Martí surgió como uno de los discípulos más destacados del filósofo. Este fue el detonante inicial. Al descubrir el vacío bibliográfico en torno a su figura, decidí investigar su archivo documental. Y empecé a tirar del hilo...

Como periodista y escritor ¿cuáles son los rasgos que mejor lo definirían?

La voz pública de García Martí, ya sea desde la tribuna periodística como en su faceta de escritor, destaca por un análisis agudo de la situación histórica, unido a un claro compromiso por fomentar y alentar la cultura, la educación, la libertad de prensa y el feminismo.

¿Y como pensador e intelectual?

Como pensador e intelectual en él converge la filosofía de Henri Bergson, la Institución Libre de Enseñanza y el Rexurdimento galego. García Martí, además, defendió que el progreso llegaría como resultado de una profunda renovación de la sociedad que conectase las raíces de la civilización occidental con una modernidad crítica y europeísta, siempre sin menoscabar la identidad propia de los pueblos.

La preocupación de García Martí por la solidaridad social y su trabajo para el desarrollo de la Sociedad de Naciones, ¿cree que tiene algún punto de encuentro con el pensamiento cristiano?

Aunque él se declarase creyente, rasgo habitual en la época, sus ideas en torno a la solidaridad y la libertad de prensa son independientes de sus convicciones religiosas. Ambas conectan con el compromiso que los intelectuales deben adquirir de cara a la sociedad, herencia adquirida de la denominada “Generación del 98”.

Y dentro del humanismo que le caracterizó: ¿pudo haber influido el desastre provocado en Europa por la Gran Guerra (1914-1918) en el pensamiento del intelectual gallego?

Aunque en los inicios de la Primera Guerra Mundial García Martí estaba en Francia y aunque, después, asistió en primera fila a los álgidos debates que tuvieron lugar en el Ateneo entre aliadófilos y germanófilos, su humanismo es anterior y bebe de raíces más filosóficas que históricas.

¿Cuáles pudieron ser las razones por las que solicitó su baja como militante en Izquierda republicana, el partido de Manuel Azaña?

Según avanza la década de los años treinta, aumentan los artículos publicados en la prensa periódica en los que Victoriano García Martí se desmarca - al tiempo que se muestra profundamente preocupado por- la deriva violenta que están tomando los acontecimientos en España. En ese aspecto, es un acto de plena coherencia el darse de baja del partido, al no sentirse cómodo o representado en esos momentos.

¿Por su posicionamiento político, pudo considerársele como nacionalista?

García Martí fue uno de los firmantes del célebre Compromiso de Barrantes en 1930, donde se denuncia el caciquismo y el centralismo que sufre Galicia, al tiempo que se aboga por un sistema autonomista. Él rechazó explícitamente cualquier tipo de nacionalismo por considerarlo de naturaleza excluyente. Para García Martí, la autonomía de Galicia permitiría la convivencia entre pueblos, respetando la idiosincrasia de cada uno.

En Galicia se le ha reprochado que no escribiese en gallego...

No se trata de un reproche explícito. A la hora de analizar las causas por las que García Martí ha caído en un doble olvido historiográfico, resulta evidente que si hubiese escrito en gallego habría sido reivindicado mucho antes. Es más, no resulta osado pensar que incluso ya se le habría dedicado un Día das Letras Galegas. A excepción de los últimos años de su vida, él consideró que podía ayudar más a Galicia desde Madrid. El Ateneo era, para ello, un espacio privilegiado.

Victoriano García Martí fue de los primeros en divulgar la obra de Rosalía de Castro y mantuvo también buenas relaciones con Emilia Pardo Bazán ¿no es así?

El feminismo es, sin duda alguna, uno de los ejes vertebradores del pensamiento de García Martí. Él no solo reivindicó a mujeres olvidadas, sino también a aquellas escritoras que gozaban de reconocimiento público, como Rosalía de Castro o Emilia Pardo Bazán. García Martí buscó redirigir el enfoque crítico hacia su modernidad y excepcionalidad, así como a incluir sus voces dentro de un ámbito intelectual marcadamente masculino. La publicación de las Obras completas de Rosalía de Castro en la editorial Aguilar en 1944 y las conferencias que impartió sobre Pardo Bazán así lo muestran. A este respecto solo quisiera añadir un dato significativo: en su archivo se conservan los retratos de las dos escritoras, ambos regalados y dedicados como signo de agradecimiento a García Martí por sus familiares.

Tras la guerra civil, García Martí fue apresado por el Gobierno de Franco. ¿Cuáles fueron los cargos y de qué manera influyó esta tragedia en su obra y en su vida tras salir de prisión?

Uno de los documentos más importantes que conserva su archivo personal es el pliego de cargos. Tres son los delitos que se le imputaron: haber estado afiliado al partido de Izquierda Republicana, haber sido el secretario del Ateneo de Madrid y haber publicado en diarios de izquierdas. Su paso por la prisión constituye lo que yo he denominado una “fractura vital”. Por un lado, su profundo sentido ético y de la justicia, unidos a su confesada incapacidad para la acción, le impidieron asimilar el horror con el que debió convivir durante dos años. Al salir de prisión, ya sin el Ateneo, optó por una autocensura, abandonando drásticamente los artículos de corte político y reivindicativo, tan presentes en los años veinte y treinta, para centrarse en cuestiones etnográficas e históricas.

Usted habla de Victoriano García Martí como un personaje silenciado ¿Por qué?

La autocensura no es suficiente para que una figura sea silenciada. Es preciso, también, agentes de orden colectivo. En el caso de García Martí, fue víctima de un doble olvido historiográfico, tanto por parte del pensamiento español como del gallego. Paralelamente, también sufrió no solo el abandono de las instituciones públicas, sino, en algún caso, su ultraje. No olvidemos que en el año 2013 su casa natal en el Areal de A Pobra fue demolida para hacer el parking de un supermercado. Este hecho arrebató la posibilidad de salvaguardar un espacio propio en el que se custodiasen su biblioteca y su archivo. Sin embargo, nunca es tarde para restaurar la memoria colectiva.

Y respecto al olvido de su trabajo y de su obra: habiendo hecho tanto por el impulso del turismo en Galicia y por las gentes de su país ¿por qué es una figura tan olvidada en su tierra natal?

Por un lado, ninguna de sus obras, a excepción de la periodística, ha sido reeditada, por lo que son muy difíciles de encontrar. Por otra parte, la guerra civil terminó con la red de intelectuales con los que había convivido estrechamente en los años veinte y treinta. Su íntimo amigo Ramón Mª del Valle-Inclán murió en 1936. Ello, unido a su decisión de autocensurarse, le llevó a convertirse en un verso suelto.

¿Podría hablarse de Victoriano García Martí como un personaje maldito, incomprendido por considerársele galleguista en España y españolista en Galicia?

El término “maldito” me parece un tanto excesivo. Yo diría, más bien, “desconocido” o “desatendido”. Tampoco es correcto afirmar que en la época era considerado “galleguista en España y españolista en Galicia”, sino más bien que, a pesar de gozar de un público y notorio reconocimiento en ambos espacios, la dicotomía geográfica Galicia-Madrid se traducía también en distribuir presencia y esfuerzos, quedando, al final, en tierra de nadie.

¿Y qué queda de actualidad, en estos trágicos y convulsos momentos que vivimos, en la vida y en la obra de Victoriano García Martí?

Los artículos periodísticos de García Martí son de plena actualidad desde varios puntos de vista. Yo destacaría en primer lugar el feminismo, al que tantas páginas dedicó, pero también a cuestiones económicas que afectan directamente a Galicia como los medios de transporte o la necesidad de fomentar un tejido empresarial. Finalmente, en una época en la que asistimos con tristeza e indignación a una guerra más, todos sus textos consagrados a la solidaridad y a la justicia social no pueden más que interpelarnos.