Ricardo Moreno Castillo: reflexiones

Luis Alonso Girgado

Continúa en un fecundo momento creativo Ricardo Moreno Castillo, madrileño, matemático y filósofo, estudiante de ambas carreras en la USC, en cuya Facultad de Filología ejerció de catedrático de literatura española su padre, Enrique Moreno Báez. Su madre, Rosa Moreno Castillo, catedrática de Enseñanza Media, escribió un interesante libro sobre Leyendas épicas medievales. Su hermano Enrique es ensayista, traductor, catedrático y para mí, sobre todo, entrañable y recóndito poeta de alta y dolorosa condición existencial.

En 2015 tuve la satisfacción de publicarle a Ricardo Moreno, escritor bilingüe, a través de la Librería – Editorial Follas Novas, de Santiago de Compostela, un ingenioso y extravagante muestrario de jocosas historias, A chave perdida. Su obra escrita se enraíza en la filosofía, la literatura y las matemáticas. Parece un fácil y convincente comunicador y además, lector asiduo que gusta del comentario reflexivo sobre lo leído. Mantiene una plural relación con Galicia, en particular con Santiago. Tiene ideas propias sobre la actual situación de la enseñanza (la penosa situación de la Filosofía, por ejemplo) y sobre la disparatada legislación en los distintos niveles (planes, leyes, etc.). Por suerte, no se muerde la lengua; eso es ya un valor muy estimable, aumentado por el polémico criticismo de su pensamiento.

En el presente 2021 Ricardo Moreno ha publicado un personal Breve tratado sobre la felicidad (Ed. Fórcola) prologado por el también filósofo Gabriel Albiac. Es este un libro de examen de pensamiento y sentimiento, de comentario reflexivo y examen de textos literarios (Borges, Sábato, O. Paz, Cunqueiro, Camus, etc), filosóficos y científicos. Está escrito con pulcritud, claridad y espíritu analítico. Sus numerosos y selectos textos van de la profundidad de sus raíces a la bien calibrada – sencilla, directa, interiorizada – expresividad que dialoga y busca al interlocutor. La condición de profesor de quien escribe proporciona a los textos una notable calidad estética y normativa que el lector reconoce y agradece en estos tiempos de agresión, incorrección, barbarie, desmaño y pésimo gusto en la vapuleada escritura.

La felicidad, y con ella la amistad, la fortuna, la lectura, el mal, la libertad, el amor, y toda una constelación de temas y motivos que la impiden o la facilitan, se suceden en progresión armónica, desarrollados con criterios de sensatez y raciocinio y aguda voluntad de discernimiento. Todo lo cual se desarrolla en el amplio escenario que es la vida, en el ámbito de nuestra existencia, ya en soledad ya en sociedad.

Tiene quien escribe este libro (lectura que habrá que dosificar para interrogarla con actitud analítica...o no) la capacidad de atraernos e interesarnos, de afectarnos en profundidad, fuera de adhesiones apasionadas o de simpatías viscerales y entusiastas. Carece de la demasía del pensamiento sistemático o de la abstracción puramente intelectual. La palabra, el pensamiento, el ser humano y la vida tienen aquí un feliz encuentro en busca de la felicidad. Vale la pena asistir a él.