Detectan dos manadas de lobos activas por Ventosa y Castiñeiro

Aseguran que no atacan al hombre, pero les achacan la mortandad de ovejas y perros de estos días // Los cazadores alertan para que vigilen a las mascotas
Lobo ibérico
Marcos Manteiga
Ejemplar de lobo ibérico encontrado hace un mes en el Concello de Cuntis en mal estado de salud. Foto: E. Press

Si en Galicia se estima que existen unas noventa manadas activas de lobo ibérico, con más de 700 ejemplares en conjunto, el Concello de Ames tiene el privilegio de contar con al menos dos de estos grupos, concretamente en los montes de Ventosa y en el entorno de Mar de Ovellas, por Castiñeiro do Lobo. Y los cazadores locales llevan días informando a los vecinos que residen alrededor de sus cotos, como el que hay en Aldea Nova, que extremen las precauciones... pero hacia sus mascotas, porque lejos de ensañarse con el ser humano, sí que se han detectado ya casos de ataques a perros.

Así lo comprobaban los vecinos de esa urbanización que, durante el fin de semana, pudieron constatar de boca de los propios aficionados a la caza en el coto de entrenamiento que tienen en la zona que, haber, hay de estos animales salvajes en el mismo linde con la capital de Galicia. Y, precisamente, en los montes que hay detrás de Ventosa, a un tiro de piedra de Roxos, es donde se echaba de menos estos días –que se sepa– a dos canes. Pues bien: uno apareció muerto y el otro parece que se lo llevaron, posiblemente para devorarlo en la época en la que los lobeznos empiezan a salir de sus cubiles (ya que las hembras acostumbran a parir entre abril y junio).

Asimismo, hay constancia de la aparición de al menos una oveja devorada, si bien no ha trascendido dónde. Y hay más, porque agentes forestales consultados por los lugareños a pie de terreno confirmaban que existe una segunda manada identificada por los alrededores de Castiñeiro do Lobo... y allí también hubo recientes llamadas a este diario tras desaparecer mascotas.

Hay que remontarse a 2008 para que el lobo saltase a la opinión pública en Ames, concretamente por devorar en ese año a varias ovejas, ponis y perros en Ameixenda.