En Rianxo hubo un desfile de monstruos enjaulados // Boiro y A Pobra crearon sus túneles del miedo // Ribeira habilitó una carpa con exposición y obradoiros

El terrorífico eco de las carcajadas animó el Samaín en todo Barbanza

Samaín
Suso Souto
exposición. En la carpa de usos múltiples de Ribeira hubo exposición de monstruos y obradoiros. Foto: C.R.

En los dos últimos años, las restricciones de la pandemia se llevaron también por delante las ganas de reír terroríficamente. Y por eso, esta vez el Samaín se celebró en Barbanza con muchas ganas, gran ambientación y una batería de actividades.

En A Pobra, la alameda se convirtió en un pasaje del terror en el que los más osados se adentraron para enfrentarse sin temor a los monstruosos y diabólicos personajes a los que dieron vida actores y actrices. La fiesta concluyó con una sesión de disco-móvil en la Praza Alcalde Segundo Durán de la localidad.

En Boiro, los chicos y chicas del grupo de voluntariado Turbina convirtieron en una auténtica estación del inframundo el local cultural Leñaverde del centro social.

También los usuarios y trabajadores de los centros que la asociación de personas con discapacidad intelectual Amicos tiene en el Barbanza se sumaron a la fiesta, disfrazándose y decorando las instalaciones.

En Ribeira hubo exposición de monstruos y obradoiros de castañas y maquillaje en la carpa de usos múltiples. Y en Rianxo, vecinos y visitantes de todas las edades disfrutaron en la alameda del espectáculo Errantes, de Troula Animación, en el que desfilaron monstruos enjaulados y bestias sobre zancos escupiendo fuego. También hubo talleres de calabazas, magosto, procesión de ánimas y casas del terror.